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El trágico destino de las niñas y los niños en el mundo del EPP y la FTC

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Las infortunadas María Carmen y Lilian Mariana nacieron en la clandestinidad, en Paraguay, pero fueron registradas en Argentina. La condición de prófugos de los miembros del EPP genera un grave drama para niños y niñas y una exigencia para el Estado.


Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

En el 2005, Rubén Darío Bernal, entonces integrante del grupo armado Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP) vio como una de las principales dirigentes, Magna María Meza o la “guerrillera Leti”, entonces embarazada, abandonó el campamento clandestino instalado en los montes de Yasy Kañy, Canindeyú, para ir a dar a luz en un centro poblado, bajo protección de personas cercanas a la organización.

Meses después, Magna regresó trayendo a su bebé al campamento. Se trataba posiblemente de su hijo mayor con Osvaldo Villalba, su pareja sentimental y actual principal comandante del EPP, un niño llamado E. D., que a la edad de adolescente se incorporó como combatiente, según se pudo comprobar en varias fotos incautadas tras operaciones de las fuerzas de seguridad, como por testimonios de personas cercanas al grupo.

“Supimos que Leti había salido para tener a su bebé en un lugar más seguro”, declaró Bernal ante la Fiscalía, tras haber desertado del grupo –el cual integró durante dos años– y entregarse a las autoridades luego de un ataque e incendio de la sede de la comisaría policial de la colonia Jorge Sebastián Miranda, Hugua Ñandú, el 18 de abril de 2006.

El caso de Magna Meza o Leti, pareja sentimental de Osvaldo Villalba, alias comandante Alexander o Javier, principal líder del grupo armado en ese momento, no sería el primero ni el último de una integrante madre de niños y niñas nacidos en la clandestinidad, en condiciones de prófugos de la Justicia, criaturas que han debido crecer una parte del tiempo con sus padres en los campamentos móviles en medio del monte y otra parte con familiares que no forman parte del EPP, pero que mantienen algún tipo de vínculo.

El testimonio de Rubén Darío Bernal, –que en su momento publicamos en la colección de fascículos EPP: la verdadera historia, con la edición de Última Hora, bajo el título “El diario del guerrillero arrepentido”– ha aportado importantes datos para conocer por dentro al peculiar grupo, que empezó a formarse en 1992 como un proyecto de guerrilla, brazo armado clandestino del entonces Partido Patria Libre (PPL), pero luego se volvió autónomo, adquiriendo el nombre EPP en 2008, convirtiéndose en una banda armada al margen de la ley, a la que se atribuyen 12 secuestros extorsivos, la muerte de más de 60 personas y unos 134 golpes y ataques violentos.

El EPP es el grupo armado ilegal que permanece activo por más tiempo en la historia del país, aunque acostumbra permanecer sin acciones durante largos periodos, con la modalidad de “células dormidas” hasta volver a operar. Sus principales fundadores, Alcides Oviedo Brítez y Carmen Villalba Ayala, están presos desde 2003, pero quienes asumieron la conducción, entre ellos Osvaldo Villalba, Manuel Cristaldo Mieres, Magna Meza, Liliana Villalba, Lucio Silva, entre otros, no han podido ser capturados desde que empezaron a ser perseguidos, desde hace casi dos décadas.

Por ello, la información dada el pasado miércoles 2 por el propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, en su cuenta de Twitter, generó un inusitado optimismo en un gran sector de la población: “Hemos tenido un operativo exitoso en contra del EPP. Luego de un enfrentamiento, dos integrantes de este grupo armado han sido abatidos. Hay un oficial herido…”.

Rápidamente empezó a circular la versión de que una de las abatidas sería Magna Meza, una de las máximas dirigentes más buscadas. La expectativa cambió pronto cuando empezó a correr otra versión contraria, que sostenía que las fallecidas eran niñas muy jóvenes. El Gobierno trató de sostener la versión del médico forense Cristian Villalba de que tenían “entre 15 y 18 años” y que habían protagonizado una fuerte resistencia en armas, pero muy pronto la identidad y la verdadera edad ya no pudieron ser ocultados.

¿Quiénes son los padres?

“¿Cuál es la edad real de las niñas fallecidas?”, fue la pregunta que le hicimos vía chat, en la tarde del miércoles 2 a la docente Genoveva Oviedo Brítez, hermana del fundador del EPP, Alcides Oviedo Brítez.

Esta fue su escueta confirmación: “11 y 12”.

Genoveva es una reconocida docente de Jesús, Itapúa, a quien conocimos durante una investigación tras el secuestro de María Edith de Debernardi, en 2002. En ese momento ella era una activa integrante del Partido Colorado en su comunidad y guardaba distancia crítica de las acciones de su hermano, pero mantenía el vínculo de la consanguinidad y nos ayudó a reconstruir la historia personal y familiar de quien sería luego el “comandante en jefe” del EPP. Desde entonces mantuvimos esporádicos contactos de confianza entre periodista y fuente.

El miércoles, mientras las confusas versiones y contraversiones sobre la identidad y la edad de las fallecidas recorrían las redes sociales, Genoveva compartió un posteo en su cuenta de Facebook, en donde, entre comparaciones con figuras de la mitología griega, hizo las primeras importantes revelaciones que contradecían a la versión gubernamental.

Las niñas fallecidas, según ella, eran “dos criaturas, dos inocentes que tuvieron que salir de su patria de nacimiento y adoptar otra nacionalidad para huir de la persecución. Quisieron estar con sus perseguidos padres para festejar un cumpleaños. Fueron asesinadas”, alegaba. Y por primera vez daba a conocer sus nombres: “Lilianita y Aurorita”.

Además, una línea de su posteo, indicaba una clave importante: “No eran los cuerpos de Magna Meza ni de Liliana Villalba. ¡No!”.

¿Eran acaso los de sus respectivas hijas?

Con esa sospecha me atreví a escribirle con la siguiente pregunta. “¿Son las hijas de Osvaldo y Liliana?”.

Su respuesta fue tajante: “Sí, muy terrible”.

Con esa confirmación teníamos varios datos relevantes, hasta entonces en duda. Sus nombres: Liliana y Aurora. Las edades: 11 y 12. Y la posible identidad de sus padres biológicos: Osvaldo Villalba (actual jefe máximo del EPP, hermano menor de Carmen Villalba, quien es la ex esposa de Alcides Oviedo y también principal fundadora del grupo armado), sería el progenitor de una de las niñas, y su pareja sentimental, Magna Meza, sería la madre; mientras, Liliana Villalba (también hermana de Carmen y Osvaldo) sería la madre de la otra niña y su pareja sentimental, Manuel Cristaldo Mieres, segundo en el mando del EPP, sería el padre.

Con estos datos, en la noche del miércoles compartí una primera información en Twitter, que generó mucha repercusión, mientras elaborábamos un artículo para ÚLTIMAHORA.COM, atribuyendo como fuente a la docente Genoveva Oviedo, tía política de las niñas fallecidas.


Fotos distribuidas por la FTC, supuestamente halladas en el campamento, en donde una de las niñas fallecidas aparece junto a Osvaldo Villalba y Magna Meza, presuntamente sus verdadros padres. El otro niño que aparece sería E.D., el hijo mayor de Osvaldo y Magna. (Gentileza).

Datos controvertidos

Paralelamente, la letrada Deisy Ayala, abogada de dirigentes del EPP, confirmó en otro medio periodístico las mismas edades, pero aseguró que una de las niñas era hija de Miriam Villalba, también abogada y hermana de Carmen Villalba, y que las dos menores tenían nacionalidad argentina.

¿Qué había pasado? ¿Cuál era la verdadera versión? Al rato, otra abogada vinculada al sector estatal me avisó que había un error en nuestro reporte, ya que acababa de hablar con Carmen Villalba, presa en la cárcel del Buen Pastor, y la misma le dijo que una de las niñas fallecidas era efectivamente hija de su hermana Miriam, que sí tenían 11 y 12 años y eran de nacionalidad argentina.

Con esta confusión volví a comunicarme con Genoveva Oviedo. Me respondió que probablemente una de las niñas sí figuraba como hija de Miriam, ya que ella no había visto los documentos.

Puede leer también: Según forense, ambos cuerpos de niñas muertas en operativo de FTC "dan una edad de 11 años"

Al otro día accedimos a las primeras copias de los documentos de identidad argentinos de las niñas fallecidas, en donde se establecía claramente que tanto María Carmen (a quien sus familiares llaman Aurorita) y Lilian Mariana, tenían solo 11 años de edad.

Posteriormente, el propio Consulado argentino en Paraguay entregó copias del DNI (Documento Nacional de Identidad) en donde consta que la niña Lilian Mariana fue inscrita en la ciudad de Clorinda, provincia de Formosa, Argentina, por la abogada Miriam Villalba, quien declaró ser su madre, y la otra niña, María Carmen, fue inscrita en el mismo lugar y en el mismo día por Laura Villalba, también hermana de Miriam, Carmen, Osvaldo y Liliana, quien declaró ser su madre.

A partir de allí resultó más fácil ir verificando lo que realmente sucedió con respecto a la identidad y la situación de las niñas.


Lilian Mariana y María Carmen (Aurorita). Fotos entregadas por su abuela, Mariana Dejesús, con quien ellas crecieron en Puerto Rico, Misiones, Argentina. (Fotos: Gentileza).

En la clandestinidad

Con base en diversas fuentes y testimonios, se puede reconstruir una historia no asumida públicamente por los familiares, de que María Carmen (Aurorita) sería efectivamente hija de Manuel Cristaldo Mieres y Liliana Villalba, mientras que Lilian Mariana sería hija de Osvaldo Villalba y Magna Meza, y que habrían nacido en la clandestinidad, en la región Norte del Paraguay (la primera en febrero de 2009, la segunda en octubre de 2008).

Por su condición de prófugos de la Justicia, los padres prefirieron que las niñas sean sacadas del país y llevadas a la Argentina junto con la abuela, Mariana de Jesús Ayala López, quien había sido sacada de su hogar en la ciudad de Concepción y residía en Puerto Rico, provincia de Misiones, desde hace algunos años.

Para poder otorgarles un registro documental, las niñas fueron inscritas en la ciudad argentina de Clorinda como ciudadanas del vecino país. La inscripción de ambas se hizo el mismo día, el 1 de junio de 2010, cuando una de ellas tenía un año y seis meses de edad y la otra tenía un año y cuatro meses.

Según datos no asumidos públicamente por los familiares, ante la imposibilidad de la presencia de los padres biológicos verdaderos, se presentaron como presuntas madres solteras las tías: Miriam Viviana Villalba Ayala, como mamá de Lilian Mariana (DNI 50.113.108), y Laura Mariana Villalba Ayala, como mamá de María Carmen (DNI 50.113.110).

Firmaron como testigos de la inscripción Gerónimo Alarcón y Tirso Rolando Peña. En la oportunidad también se anotó a un niño (DNI 50.113.109), Ernesto Daniel Villalba, presuntamente el hijo varón mayor de Osvaldo Villalba y Magna Meza, nacido también en la clandestinidad, actualmente mayor de edad e incorporado al grupo combatiente.

Esta irregular situación es la que exponentes del Gobierno paraguayo califican como una documentación “de contenido falso”, sosteniendo que el Estado argentino no lo debería avalar.

Sin embargo, expertos en derechos humanos consultados apuntan que la situación es perfectamente defendible, con base en la Convención de 1954 sobre el Estatuto de los Apátridas de la Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), en donde se establece que, si un niño no es reconocido como nacional en un país, el país de residencia debe otorgarle la nacionalidad. Es decir, si estas niñas nacieron en el Paraguay, pero no pueden ser inscritas acá debido a la situación de persecución de sus padres, tienen derecho a ser inscritas en otro país.

Por algo, a pesar de que la Cancillería paraguaya afirma haber denunciado ante las autoridades argentinas la presunta ilegalidad de los documentos de identidad, el Gobierno del vecino país sigue asumiendo los reclamos sobre al caso, asegurando que las niñas fallecidas son legalmente ciudadanas argentinas.

El documento de inscripción en Argentina de la niña Liliana María Villalba. Gentileza.


El documento de inscripción en Argentina de la niña María Carmen Villalba (Aurorita). Gentileza.

¿A qué vinieron las niñas?

En contra de la versión de voceros de la Fuerza de Tarea Conjunta y de otros sectores del Gobierno, de que las niñas venían siendo entrenadas desde hace tiempo como jóvenes guerrilleras en los campamentos del EPP, existen indagaciones del Gobierno argentino que demuestran que la directora de la Escuela Provincial 228 del barrio San Francisco, de la ciudad de Puerto Rico, Norma Diertele, asegura que “la niña Lilian Mariana Villalba, de 11 años de edad, asistió a clases hasta el 13 de noviembre del 2019, luego de haber rendido con anterioridad los exámenes finales, en razón de la que la menor tendría que viajar juntamente con su madre, desconociendo el destino”.

El mismo informe registra que la niña Lilian Mariana salió de Misiones, Argentina, por el puente entre Posadas y Encarnación, junto con su madre legal, Miriam Villalba, el pasado 21 de noviembre, con destino al Paraguay.

No existe registro de su ingreso a nuestro país en la oficina de Migraciones, pero cualquiera que conoce el paso sabe que las autoridades de Migraciones en Encarnación no exigen registrarse a los paraguayos que ingresan. Tampoco hay datos sobre la otra niña, María Carmen, pero los familiares sostienen que ambas viajaron juntas.

“Las niñas querían ir a conocer a sus padres”, dice la abuela Mariana de Jesús Ayala, en un video grabado por miembros del Equipo Misionero de Derechos Humanos, Justicia y Género, con sede en la ciudad de Posadas.

En una entrevista concedida al medio Misiones Online, la abogada Miriam Villalba, como madre legal de Lilian Mariana, asegura también que las niñas viajaron al Paraguay “para conocer a sus respectivos padres” y sostiene que desde que eran bebés no habían podido ver a sus progenitores. Miriam concedió la entrevista en Puerto Rico, lo cual significa que, tras haber traído a las pequeñas al Paraguay, ella regresó a la Argentina.

No hay datos precisos sobre la fecha en que ambas niñas fueron llevadas hasta el campamento del EPP en la región de Yby Yaú. Genoveva Oviedo sostiene que las niñas visitaron casas de familiares, compartieron con sus primas, las hijas mellizas de Carmen Villalba y Alcides Oviedo, “con quienes eran prácticamente como hermanas, ellas están muy dolidas”.

¿Pudieron estar el tiempo necesario para recibir entrenamiento en el uso de armas? Los voceros de la FTC y del Gobierno aseguran que sí. Los familiares insisten en que nunca existió ese propósito con estas niñas, a pesar de que otros hijos menores de edad de miembros del EPP sí forman parte del grupo armado.

Los casos más conocidos son los de Lucio Silva, uno de los fundadores del grupo armado que luego sería el EPP, quien se unió al núcleo en armas llevando a sus hijos Samuel, Claudelino y Jorgelina, esta última con 16 años de edad en el momento de ser incorporada, ahora ya mayor de edad, y de Alejandro Ramos, quien ingresó con su esposa Lourdes y sus hijos menores de edad, A.R.R. y L.T.R.R.

Sin posibilidad de elegir

El artículo 2 de la Convención sobre los Derechos del Niño indica: “Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para asegurar que el niño sea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, de sus tutores o de sus familiares”. ¿Se está cumpliendo?

Las muertes trágicas de María Carmen y Lilian Mariana, que aún deben ser investigadas y esclarecidas totalmente, deberían servir para poner en el foco en los casos de reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes, no solamente por parte del EPP, sino también por bandas de narcotráfico y otros grupos criminales.

Hasta hace pocos años, el Estado paraguayo reclutaba a menores de edad para el Servicio Militar Obligatorio y existe una lista de 157 jóvenes soldados que murieron en circunstancias dudosas en los cuarteles desde la caída de la dictadura, varios de ellos aún menores de edad.

El propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, protagonizó un hecho polémico el año pasado, cuando autorizó con gran difusión mediática que su hijo Santiago, en ese entonces de 17 años de edad, ingrese a cumplir su servicio en el Centro de Instrucción Militar de Estudiantes para la Formación de Oficiales de Reserva (Cimefor), generando denuncias por violar la Ley 3360/2002, que establece que menores de 18 años no deben hacer el servicio militar.

¿Tenían María Carmen y Lilian Mariana la opción de elegir un destino diferente que la de matar o morir en medio de un monte? En los supuestos apuntes de una de ellas, presuntamente hallados en el campamento del EPP, filtrados por las fuerzas de seguridad en un intento de disminuir la imagen negativa tras el operativo, se pueden leer rústicos textos manuscritos que, además de revelar que su presencia en el inhóspito y peligroso lugar iba a ser solo temporal, también destaca el angustiado intento de una niña de quedarse por más tiempo, a fin de poder compartir con su padre: “Yo necesito que me entiendas, yo porque te quiero hablo con vos. Yo sé que puedo irme porque tengo todo el derecho, desearía que aproveches estos 5 meses que sobra, pero vos decís solo 2 meses…”.

Es como el desgarrador llamado de auxilio de una niña que solo anhelaba un poco de cariño: “Yo quisiera no haber nacido o tener una familia completa…”.

Un llamado que puede atribuirse a otros niños y niñas en la misma situación.

¿Alguien podrá responder...?



(Reportaje realizado originalmente para ÚltimaHora.Com y publicado el lunes 1 de setiembre de 2020. En esta versión se han realizado correcciones y agregados con respecto a la primera versión).


El hombre que hace callar a las tormentas

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En setiembre de 2006, acompañamos a la profesora Dolli Collar hasta su valle, Capitán Bado, Amambay, para una charla con estudiantes en escuelas y colegios de la región, como parte del programa Periodismo Estudiantil del Departamento Educativo de Última Hora. Fue una experiencia muy rica y aprovechamos para visitar sitios de interés, con amigos y amigas badeños.

Fue así como llegamos al oyngusu del teko ruvichaPaĩ Tavyterã Anselmo Barrios, la gran choza tradicional que es a la vez vivienda y santuario, cerca de Okenda. Fue una experiencia extraordinaria conversar con Anselmo, escucharlo tocar su flauta con la melodía ancestral que él heredó para apaciguar las furias de la naturaleza.

 De aquel viaje nació un breve relato, “El hombre que hace callar a las tormentas”, publicado en Última Hora, que en su momento tuvo mucha repercusión en otras publicaciones internacionales.

Tiempo después me contaron que Anselmo falleció, en medio del aliento mágico de su comunidad. En estos días en que la cultura Paĩ Tavyterã se ha vuelto de interés por los sucesos de violencia en el Norte, una amiga lectora me recordó este artículo y me pidió que lo comparta en las redes. Por tanto, aquí va, desde el blog.

***


El hombre que hace callar a las tormentas

Cada vez que nace la Luna llena, el tigre que duerme en la cumbre del Yasuká Venda, el cerro sagrado de los indígenas Paĩ Tavyterã, en la cordillera del Amambay, se despierta y ruge con furia incontrolable.

"Es el poder del Padre Creador que se manifiesta en forma de fuertes tormentas, provocando angustia en los corazones. Entonces yo recojo mi avaeté, mi amuleto de diente de tigre, y me pongo a rezar, me pongo a cantar, a tocar el mimby, la flauta de palo santo, y consigo que la tormenta se calle, que la furia del creador se calme. Es la misión que me ha dado mi pueblo, de ser el teko ruvicha, el que cuida la forma de vida que nos han dado nuestros ancestros".

Así habla Anselmo Barrios, el gran líder espiritual de la comunidad Paĩ Tavyterã, a unos 15 kilómetros de Capitán Bado.

Su oyngusu, la tradicional choza ovalada de los Pai, que es a la vez vivienda y santuario, está ubicada en un claro del monte, cerca de la escuela agrícola Okenda, que el Proyecto Paĩ Tavyterã lleva adelante, en un heroico programa para preservar el modo de vida de uno de los pueblos nativos más fascinantes del Paraguay.

La tarea no es fácil. La tierra de los Paĩ es la única que aún conserva vegetación boscosa en medio de una vasta planicie de tierras deforestadas y mecanizadas para el cultivo de la soja. Y el proyecto de desarrollo sustentable se lleva adelante ante la constante agresión externa. Hace pocos días, un grupo de marihuaneros asaltaron la granja de los Paĩ y robaron una vaca.

"El hombre blanco destruye todo lo que toca. Por su culpa el maíz ya no da frutos como antes. Por eso yo bendigo la tierra y las semillas, para que este año tengamos buen maíz, para preparar nuestras bebidas para la gran fiesta del Aty Guasu", dice el teko ruvicha.

Dentro del oyngusu está la cruz de madera donde se guardan los yvyra'i, las varillas insignias, los takuapu y la calabaza sagrada que guarda los restos del ka'a ñepyru, la yerba mate primigenia. De allí Anselmo recoge su flauta de palo santo y empieza a soplar, arrancando un dulce sonido que envuelve el aire y arranca la risa de los niños, mientras las tormentas se baten en retirada, temerosas.

Los héroes del balde de plástico

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Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

En las puertas del Apocalypse Now, cuando parecía que el mismo infierno se había desatado sobre la tierra, cuando los bomberos se sentían rebasados ante las murallas de fuego… ellos y ellas aparecieron.

Hombres y mujeres en su mayoría jóvenes, gente de barrio, pobladores emergiendo de la cuarentena. Traían en sus manos o sobre sus hombros algunos rústicos baldes de plástico con agua, recipientes reciclados que alguna vez fueron envases de pintura o de aceite, botellones, jarras, palanganas… Hormigas humanas movilizándose ante las exhalaciones de un gigantesco dragón, formando cadenas incansables para arrojar chorros sobre las hogueras ardientes.

¿Qué podrían hacer con tan precario y primitivo sistema, ante la apocalíptica dimensión del desastre? La efectividad no estaba quizás en los resultados tangibles, que fueron muchos e importantes, sino en el mensaje que brindaban: Ante la inercia y la manifiesta inutilidad gubernamental, surgía una impresionante respuesta de solidaridad ciudadana y de heroísmo cívico. 

Aparecieron en los incendios de Areguá, pero se extendieron por diversos puntos del país. Gente haciendo colectas para acercar alimentos y equipos a los bomberos. Gente ofreciendo sus casas a los voluntarios y el agua de sus piscinas para recargar los camiones tanques.

Podría quedarme con las imágenes del dantesco infierno que sufrimos esta semana, con un calor por encima de los 40 grados, cercados por las llamas y el humo tóxico, con cortes de energía eléctrica y de agua corriente de las inoperantes empresas estatales, con la vigente amenaza del Covid-19 y el dengue, con la crisis económica y el sistema de salud al borde del colapso, mientras legisladores, jueces, fiscales y políticos corruptos seguían celebrando el carnaval de la impunidad.

Podría reiterar las críticas tantas veces repetidas y avaladas en pruebas científicas de que la tétrica imagen de un Paraguay en llamas con casi 15.000 focos de incendios solo en esta semana y todo el desastre climático no ocurren por capricho de la naturaleza, sino que son la directa consecuencia de un modelo de supuesto desarrollo agroganadero que privilegia el lucro y destruye el ecosistema, algo que definitivamente no nos gusta, pero no por eso vamos a buscar otro planeta. No, señor Zavala, este es nuestro país y este es nuestro planeta. Quienes los amamos lo vamos a seguir defendiendo y buscando proteger.

Podría poner el acento en seguir denunciando lo que ya tantas veces hemos denunciado… pero hoy prefiero detenerme a reivindicar a estos héroes y a estas heroínas del balde de plástico, que nos han dado un fresco aliento de esperanza entre tanta sofocante y ardiente pesadilla.

Hace años me contaron la conmovedora historia del colibrí. Ante un gran incendio, mientras los demás animales huían en desbandada, el ave pequeña volaba al río más próximo, cargaba agua en su pico y en sus plumas y retornaba a dejar caer las gotas sobre el bosque en llamas. Al ver aquel esfuerzo aparentemente inútil, un león le preguntó qué estaba haciendo, en lugar de ponerse a salvo. El colibrí respondió: “Yo solo hago mi parte. Si todos hiciéramos lo mismo, hace rato hubiéramos apagado el incendio”.

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(Publicado originalmente en la columna Al otro lado del silencio, sección opinión del diario Última Hora, domingo 4 de octubre de 2020).

(Las conmovedoras imágenes que acompañan este texto son de Agustín Martínez, que supo estar allí y dar testimonio con sus fotografías. Lo pueden conocer mejor en este reportaje y seguirlo en su perfil de Facebook ).





Bienvenidos a la dictadura

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Andrés Colmán Gutiérrez— @andrescolman

Cuando surgió la posibilidad de que Mario Abdo Benítez, hijo de Mario Abdo Benítez, ex secretario privado del dictador Alfredo Stroessner, llegara a la Presidencia de la República, se encendieron previsibles luces de alarma en un sector crítico de la ciudadanía. ¿Avanzábamos hacia un neo-stronismo, un proyecto totalitario bajo nuevas formas?

Marito, quien inició su carrera en el movimiento Reconstrucción Nacional Republicana, reivindicando la herencia política del stronismo, y luego en Paz y Progreso, liderado por Alfredo Goli Stroessner, nieto del dictador, entendió sin embargo que necesitaba despegarse de ese legado nefasto. Fue asumiendo un perfil más democrático. En el 2017, como presidente del Congreso, se convirtió en uno de los principales referentes de la lucha por la institucionalidad, cuando el entonces presidente Horacio Cartes intentó violar la Constitución para imponer la reelección presidencial.

Desde su llegada a la Presidencia, además de sumar a su Gabinete a ex luchadores contra el stronismo, como Euclides Acevedo y Juan Ernesto Villamayor, Marito habla poco del tirano ex jefe de su papá. A veces, recuerda sus obras para compararse, pero marca distancia cuando dice: “No puedo reivindicar la tortura, la corrupción, el autoritarismo, la persecución a la prensa”. Su ex mentor político y compañero generacional, Alfredo Goli Stroessner, sintiéndose traicionado, lo califica de “inútil” y “cobarde”, recriminándole por no repatriar los restos de su dictador abuelo, para concluir: “Le importa un carajo Stroessner”.

La amenaza de un retorno a la dictadura, sin embargo, está peligrosamente latente en este Gobierno. Más que del Ejecutivo, proviene de la Fiscalía manejada por el cartismo, que ha intentado imputar al escritor Miguel Ángel Fernández y a la activista Diana Bañuelos solo por ejercer el constitucional derecho de protestar. Aún más de la mayoría colorada (con alguna complicidad liberal) en la Cámara de Diputados, que ha violado abiertamente el artículo constitucional que otorga fueros de opinión a los legisladores para suspender a la diputada Celeste Amarilla por acusarlos genéricamente de ingresar a la función con dinero sucio.

Atrás se mueven los hilos del ex presidente Horacio Cartes, que se ha metido en el bolsillo al abdismo con la Operación Cicatriz, acaparando el control de importantes instituciones. Ya sabemos de lo que es capaz Cartes. Marito guarda silencio. Podrá decir que son otros poderes, pero la mitad de los diputados dictadores responden a su movimiento Añetete. Algo tiene que decir, alguna línea tiene que bajar, antes de que el pasado lo devore.

Los abusos totalitarios quedan impunes porque las instituciones que deberían defender el estado de derecho, no funcionan. Fiscalía, Justicia, Contraloría, Defensoría del Pueblo, bien gracias. Miran desde el balcón o son cómplices. La oposición está dividida y arrastra una gran crisis de representatividad. La sociedad civil permanece apática, en mayor parte. Si no surgieran voces críticas, como las del Colegio de Abogados, la Conferencia Episcopal, el Senado, la prensa, esto ya sería dominio del Gran Hermano.

Welcome to the jungle. Bienvenidos a la dictadura. Si no hacemos algo para pararles el carro a estos abusivos, nos va a ir mal.

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(Publicado originalmente en la columna Al otro lado del silencio, sección opinión del diario Última Hora, domingo 18 de octubre de 2020).

El día en que el folclore y el rock se dieron la mano

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Rolando Chaparro inició la fusión entre rock y folclore con su versión de Reservista purahéi en los 90, con el apoyo entusiasta del maestro Agustín Barboza. Ahora que el músico vive un momento delicado de salud, es oportuno rescatar su hazaña artística.


Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Era, probablemente, 1994. Un concierto de varios artistas en la Plaza de la Democracia de Asunción, en homenaje al gran músico Agustín Barboza (ya fallecido, autor de la música de Mi patria soñada, entre otras grandes canciones). Había folclore, rock, nuevo cancionero, incluso jazz, pero cada uno iba por su lado, sin mezclar los tantos.

Cuando le tocó subir al escenario al grupo roquero Krizhia, su líder, el joven y melenudo guitarrista Rolando Chaparro, anunció que iba a interpretar una versión especial de la guarania Reservista purahéi (letra de Félix Fernández, música de Barboza) en homenaje al maestro. Se vieron gestos de alarma en los rostros de los asistentes, varios de ellos considerados próceres del folclore paraguayo.

La guitarra eléctrica de Rolando inició con estridentes sones la melodía tan característica, en versión instrumental, pero con un innovador estilo de blues, que se enriquecía con cada golpe de rasgueo, con cada arreglo, con cada disonancia.

Las caras de los folcloristas más tradicionales eran para alquilar balcones. No podían concebir tamaño sacrilegio contra el patrimonio histórico folclórico musical. Todos buscaron la reacción del maestro Barboza, seguros de que iba a desaprobar tamaña afrenta a su obra, pero llamativamente el rostro de don Agustín se veía radiante, iluminado, con una sonrisa amplia, mientras seguía atentamente la evolución de ese inusual concierto.

Cuando Rolando y sus compañeros terminaron la interpretación con un fuerte golpe sonoro en la guitarra, ante tímidos aplausos, el maestro Barboza se levantó de su sitio de honor, buscó la escalera y subió al escenario a estrecharse en un largo abrazo con Rolando. Entonces sí, desde el público llegó estruendosa la ovación. La bendición había sido dada. El mito había sido derrotado.

RENOVANDO EL CANCIONERO

Ahora todo eso parece absolutamente normal, pero en esos tiempos mezclar rock o blues con una polca o una guarania era considerado un crimen de lesa musicalidad.

Aunque se hicieron algunos experimentos anteriores, la versión blusera de Reservista purahéi fue un parteaguas que no solo se atrevió a derribar prejuicios, sino que atrajo a toda una corriente de nuevos seguidores y contribuyó a refundar el folclore, despertando el interés de los jóvenes, que por entonces le daban la espalda.

Tras el concierto en la Plaza de la Democracia, el propio Barboza animó a Rolando a grabar el tema. Así lo hicieron en el disco Pasaje al más acá, de Krizhia, editado en 1997, con la voz de don Agustín como introducción, recitando una estrofa de los versos de Félix Fernández. Para que no queden dudas de su apoyo.

Era Barboza, nada más y nada menos. El que fuera cantante de la legendaria Orquesta Ortiz Guerrero, dirigida por el maestro José Asunción Flores. El que formó un trío junto a Félix Pérez Cardozo y Eulogio Cardozo. El que integró aquel histórico conjunto Los Guaireños, con Luis Alberto del Paraná, Digno García y Humberto Barúa para recorrer gran parte del mundo llevando música paraguaya y que después formó el también legendario Trío Los Paraguayos, con Paraná y García.

La versión de Chaparro tuvo un efecto revolucionario en lo cultural. En julio de 1998 pude reunir a don Agustín Barboza y a Rolando en un reportaje para la revista VIDA de Última Hora, con el título: “El folclore y el rock se dan la mano”. Fue en la casa de don Agustín, sobre la calle Primera. Rolando llegó con su guitarra eléctrica y Barboza apareció con su vieja guitarra clásica. Todo un símbolo.

Rescato algunos párrafos del diálogo que mantuvieron:

Agustín Barboza:–A mí me parece lógico que el folclore haya caído en crisis. Un músico, un artista, surge y crea su arte cuando encuentra paz alrededor. Paz en todo sentido. En lo político, en lo familiar. Pero nuestro país ha vivido largas décadas de dictadura, en que la cultura se ha estancado, se ha reprimido. Por eso ahora, en esta nueva era democrática, empieza a renacer la creación. A pesar de toda la confusión política que existe, el arte está resurgiendo y está cumpliendo la importante función de dinamizar la política y la vida de la sociedad, de ayudar a reflexionar.

Rolando Chaparro:–Sí, durante la dictadura hubo mucho encierro. No solo a nivel cultural. Hubo represión política, represión social, y eso repercutió en la cultura. A pesar de todo, hubo creación, pero las propuestas nuevas no eran bien vistas, porque sugerían apertura, romper con el dogmatismo. Por eso los intentos de renovación eran truncados. Hubo creadores como Maneco Galeano, como Oscar Nelson Safuán, que intentaron hacer cosas nuevas.

Y más adelante, un dicho clave del maestro.

Agustín Barboza:–Yo soy optimista. Creo que el cambio está en manos de la nueva generación. Veo que hay muchos talentos. Además, ahora hay medios para capacitarse. Veo que un músico joven como Rolando Chaparro, que viene del rock, tiene una actitud muy respetuosa y patriótica hacia la música folclórica, para hacer una versión moderna. Hay que darles todo el apoyo.

UNA BRILLANTE TRAYECTORIA

En este momento en que el guitarrista Rolando Chaparro atraviesa un difícil momento de salud y sus familiares deben recurrir a la solidaridad pública para costear el tratamiento médico, es importante rescatar historias como estas, junto al reconocimiento de uno de los fundadores del folclore paraguayo.

El aporte de Rolando es inmenso. Aparte de ser uno de los más talentosos guitarristas, referente esencial del rock paraguayo y de haber sentado las bases para dinamizar al folclore para una nueva generación, un dedicado promotor de toda actividad cultural, es además un ser humano generoso, sensible ante las injusticias, luchador por la libertad y la equidad. Su entrega profunda e intensa a la labor creativa le ha cobrado varias veces un costo alto en su salud. Vivir de su trabajo artístico en Paraguay no ha sido fácil y ha resultado mucho más complicado en la pandemia.

Como bien dice en un posteo en Facebook la gestora cultural Techi Cusmanich Renaut: “La trayectoria y la valía de Rolando son indiscutibles, y si hoy requiere de nuestra ayuda y solidaridad, allí estaremos, como siempre. Lo lamentable es que sigan sucediendo este tipo de situaciones. ¿Hasta cuándo? Por qué los artistas, y en este caso en particular, los músicos, deben recurrir a la solidaridad para cubrir necesidades que desde el Estado o las entidades de gestión colectiva deberían estar cubiertas. Es tiempo difícil, la pandemia ha causado estragos, pero este paro podría habernos servido para organizarnos y exigir el cumplimiento de nuestros derechos. Rolando no está desamparado, porque existe gente sensible y solidaria que ayudará a su pronta recuperación, pero pensemos en la cantidad de artistas desamparados que requieren de asistencia social y de salud. El futuro es hoy y la necesidad apremia”.

De eso se trata.

Mucha fuerza para Rolando

 

El reportaje que ilustró el encuentro entre Chaparro y Barboza en 1998.

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(Publicado en la sección Correo Semanal del diario Última Hora, edición sábado 14 de diciembre de 2020).

El Centro Knight y UNESCO imparten curso de periodismo en guaraní

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Por primera vez, el Centro Knight para el Periodismo en las Américas (Knight Center for Journalism in the Americas), vinculado a la Universidad de Texas, con sede en Austin, Estados Unidos, junto con la UNESCO, impartirán un curso de capacitación en periodismo, sobre desinformación y fact-checking (verificación de datos) en lengua guaraní.

La iniciativa forma parte del programa “Desinformación y fact-checking en tiempos de COVID-19 en América Latina y el Caribe”, que se impartirá en la modalidad conocida como MOOC (curso masivo, abierto y en línea – por sus siglas en inglés), en español, portugués y guaraní, del 15 de febrero al 14 de marzo de 2021 en la plataforma de aprendizaje a distancia del Centro Knight. La instructora del curso es la periodista Cristina Tardáguila, fundadora de la iniciativa brasileña de verificación de datos Agência Lupa.

Es la primera vez que se incluye un curso de este tipo en una lengua amerindia, y la elección ha sido justamente el guaraní. El emprendimiento, para la lengua guaraní, es coordinado desde el Paraguay por la periodista paraguaya Desirée Esquivel, con respaldo de las comunicadoras expertas en lengua, Zulma Torres y María Gloria Alarcón-Ortiz.

"Momarundu’ oikóva ha oiko’va jehecha añetépa COVID-19 aja América Latina ha el Caribe-pe" se llama el curso, durará un mes y es asincrónico, dirigido principalmente a periodistas, comunicadores, estudiantes de periodismo y personas interesadas en el tema. Eso significa que no hay eventos en vivo programados en momentos específicos. Los participantes pueden iniciar sesión en el curso y realizar las actividades durante la semana a su propio ritmo, en los horarios y días que resulten más convenientes.

A pesar de su naturaleza asincrónica, existen estructuras durante el desarrollo del curso. Cada semana se abrirá un nuevo módulo. Responder a los cuestionarios semanales y la participación semanal en los foros de discusión son los requisitos básicos para obtener un certificado. En el caso del curso en guaraní, a diferencia de los que se impartirán en español y portugués, no tendrá costo para los participantes.

Este curso del Centro Knight se produce en el marco del proyecto “#CoronavirusFacts, Abordando la ‘Desinfodemia’ de COVID-19”, que es implementado por la UNESCO y financiado por la Unión Europea. El programa es parte de un esfuerzo global para combatir la desinformación, como la #CoronavirusFactsAlliance, liderada por la IFCN del Instituto Poynter, coordinada por la periodista Cristina Tardáguila. La alianza une a 99 organizaciones en 43 países que trabajan en 77 idiomas y 16 zonas horarias diferentes para verificar información sobre la pandemia.

“Estamos orgullosos de ser los primeros en ofrecer un MOOC de este tipo en guaraní, una de las lenguas indígenas más habladas en la región, fomentando la inclusión en este momento crítico”, dijo Sandra Sharman, Asesora del Proyecto para América Latina y el Caribe ‘#CoronavirusFacts – Abordar la desinformación sobre COVID-19’.

Se pueden obtener más datos en este enlace

Acerca del curso en guaraní, la información disponible se encuentra en este enlace, en donde se puede acceder a un video explicativo en la lengua nativa.




Conozcan la ruta “Opa rei”

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Al gobernador de Cordillera, Hugo Fleitas.

Al intendente de Atyrá, Juan Carlos Matto.

Al intendente de Caacupé, Diego Riveros.

Autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).

Y a quienes más corresponda:

 

Desde hace casi un año, nos hicimos gratamente cordilleranos. Nos mudamos desde Asunción. Compramos un lote a cuotas y construimos una casita en un hermoso valle entre los cerros, en la fracción San Francisco, de Atyrá, límite entre la compañía Candia (Atyrá) y la compañía Cabañas (Caacupé), donde instalamos nuestro Ñe’e Raity – Espacio Creativo, un lugar desde donde trabajamos a distancia y desarrollamos nuevos proyectos periodísticos y culturales, donde próximamente inauguraremos una biblioteca callejera.

El lugar es un paraíso. Aquí se combina un nuevo loteamiento (en lo que fue parte de la estancia del famoso Francisco “Manito” Feliciano Duarte, durante la dictadura. El casco de la estancia, a donde concurría el dictador general Alfredo Stroessner para las famosas juergas entre amigos militares con niñas menores de edad, aún permanece en pie), con las viviendas de antiguos pobladores campesinos, principalmente chacras de agricultura familiar y pequeños tambos, en su mayoría gente muy buena y pacífica, con valores de profunda cultura rural paraguaya, que se han hecho nuestros mejores vecinos.

Aunque vivimos más cerca del centro de Caacupé (a apenas 15 minutos en auto) y pegados a la compañía Cabañas, pertenecemos administrativamente a Atyrá. Somos quizás el ultimo barrio de la ciudad más limpia del país, pero el Municipio casi no nos tenía en cuenta, hasta que hace poco conseguimos que por fin entren a recoger la basura. Un problema más que logramos solucionar.

Ahora solo nos quedan dos inconvenientes graves. Uno es el de la conexión de energía eléctrica muy precaria, que, a cada viento fuerte o lluvia o mucho calor, se corta (como bien saben los que nos siguen en las redes sociales). La potencia de los transformadores es insuficiente, muchos postes del tendido son de troncos de karanday y se están cayendo. Eso nos afecta mucho a quienes dependemos laboralmente de estar permanentemente conectados, ya que hacemos trabajo para medios y agencias internacionales, principalmente con sede en Estados Unidos y Europa. Pero con nuestros constantes reclamos e hinchar mucho desde las redes sociales a la ANDE, estamos logrando que se vaya solucionando (por las dudas, además, nos fuimos equipando con sistemas alternativos de luces y cargadores de baterías con energía solar).

El otro drama, que se ha agravado con las ultimas fuertes lluvias, es el pésimo estado del camino que nos conecta al resto del mundo. Vivimos a solo seis largas cuadras de la nueva ruta Caacupé-Atyrá por Compañía Candia, que se inauguró hace dos años. Una excelente obra del MOPC. Pero nuestra manera de conectar es una ruta vecinal de unos seis kilómetros de extensión, que une a esta nueva ruta con la vieja ruta Caacupé-Cabañas (el célebre Tapé Tuja de las peregrinaciones) y de allí a la Ruta PY2.

Esta ruta vecinal fue empedrada hace más de una década, pero cuando faltaban las seis cuadras para salir a la ruta Caacupé-Candia-Atyrá, aparentemente los fondos se le acabaron y las seis últimas cuadras (que son justamente las que nos conectan) sequedaron sin empedrar. Así que aquella estupenda obra de empedrado se quedó a medio camino en su último tramo, justamente frente al lugar donde vive una comunidad de inmigrantes inversores alemanes y suizos, donde la vía se convierte en un horrible trayecto de tierra, zanjas, piedras, que las últimas lluvias han vuelto mucho más intransitable. Los pobladores le llaman jocosamente a la obra “la Ruta Opa Rei” (se termina de balde).

Además, semanas antes de las últimas elecciones, la gobernación apareció a asfaltar superficialmente y a toda bala cerca de dos kilómetros de esta ruta vecinal, desde Cabañas, pero al parecer también se le acabó el dinero y el aslfalto quedó casi por la mitad. Así que, si hoy ustedes vienen a nuestro paraíso desde la ruta Cabañas Caacupé por la “Ruta Opa Rei”, vendrán por un buen tramo de asfalto, luego un empedrado muy deteriorado y finalmente por las seis cuadras s¿de un camino de tierra que hoy está totalmente intransitable.

Esta penosa situación no solo nos afecta a los pobladores del lugar, que hemos quedados medio aislados territorialmente, sino a numerosos sectores que estaban usando esta vía como un importante atajo para salir directamente desde Candia a la Ruta PY02, a la altura de Curusu Peregrino, sin tener que pasar por el centro de Caacupé. En nuestra zona hay dos fábricas de Yogur (Super Yo y Serranito), numerosos pequeños productores frutihortícolas y de leche, que tienen problemas para sacar sus productos.

Hoy nuestros vecinos acuden a nosoitrois. Me dicen que, como soy un escritor y periodista relativamente conocido, al igual que mi esposa y compañera Desirée, las autoridades nos hacen caso, como pasó con los reclamos por energía eléctrica, ya que ellos siempre habían reclamado pero su voz también se ha perdido en el Opa Rei. Ni creo sea realmente así, todos tenemos derecho a exigir lo que en justicia nos corresponde, pero si podemos colaborar en algo, nos sumamos a este reclamo colectivo.

Señores intendentes de Atyrá y de Caacupé, señor gobernador de Cordillera, señores del MOPC, respetuosamente les reitero el pedido que alguna vez ya les hemos hecho llegar en persona. Ayúdennos a reparar y mantener nuestra “Ruta del Opa Rei”. No será un favor personal, ni siquiera a nuestra comunidad, sino que beneficiarán a mucha gente para quienes esta vía puede dinamizar la comunicación vial para el departamento y otra gente del país.

Atentamente.


Andrés Colmán Gutiérrez

Desirée Esquivel


Ñe’e Raity, Cordillera, 29 de enero de 2021.



El tercer Marzo Paraguayo

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Andrés Colmán Gutiérrez— @andrescolman

Bajo la trágica sombra del dictador romano Julio César, acuchillado a traición el 15 de Martius del año 44 a.C., mes consagrado a Marte, dios de la guerra, fecha conocida como “los idus de marzo”, los líderes políticos paraguayos le tienen particular miedo a este mes. Augurio o coincidencia, la historia abunda en ejemplos temibles. Por algo, Shakespeare advierte en su drama teatral: “¡Cuídate de los idus de marzo!”.

El primer Marzo Paraguayo fue el de 1999, cuando el asesinato del vicepresidente de la República, Luis María Argaña, encendió la hoguera de la indignación popular, congregando a miles de personas en las plazas del Congreso hasta provocar la renuncia del presidente Raúl Cubas Grau y la huida de su sombra detrás del trono, el general Lino Oviedo. En el proceso fueron asesinados siete manifestantes por francotiradores y hubo 769 personas heridas. Es considerada la mayor gesta ciudadana en nuestra historia.

El segundo Marzo Paraguayo fue el de 2017, cuando una multitud en las calles enfrentó la represión policial y logró impedir un forzado intento de enmendar la Constitución para lograr la reelección presidencial, impulsado por el entonces presidente Horacio Cartes y secundado por el ex presidente Fernando Lugo. El conflicto derivó en la quema del edificio del Congreso, un joven activista del Partido Liberal asesinado por la Policía, varios heridos y más de 200 detenidos.

El tercer Marzo Paraguayo se desarrolla actualmente, poniendo en jaque al gobierno del presidente Mario Abdo Benítez. Se inició con un creciente malestar ciudadano por las deficiencias en la gestión sanitaria ante la pandemia, subió de tono con las protestas de familiares de víctimas, médicos y trabajadores de salud, debido a la falta de medicamentos esenciales, un gran retraso en la obtención de vacunas y la manifiesta complicidad e impunidad en los escandalosos casos de corrupción detectados en el uso de los fondos de emergencia aprobados para luchar contra el Covid-19.

Ni la obligada renuncia del ministro de Salud, Julio Mazzoleni, pudo detener la mayor manifestación de protesta de la era Marito. En la noche del viernes, el hartazgo ciudadano salió a flote. Miles de personas salieron a las calles a pedir la renuncia del presidente. El desborde violento de un pequeño grupo, probablemente infiltrado con intenciones precisas, junto a la desproporcionada represión policial, convirtieron una movilización pacífica en jornada de violencia, fuego y saqueos, con decenas de heridos y un muerto en circunstancias aún no aclaradas. La crisis de salud se volvió crisis política, con una nueva amenaza de juicio político al primer mandatario e imprevisibles consecuencias.

Corren horas de incertidumbre sobre el futuro del país. La gran pregunta es a qué juega el ex presidente Horacio Cartes, quien por un lado sostiene a Marito con sus votos en el Congreso, pero por otro lado lo ataca sin misericordia desde sus medios de comunicación y sus voceros políticos. La oposición, desacreditada y sin fuerzas, no decide mucho. Si se va Marito, asume el vicepresidente Hugo Velázquez, con su negro historial y sus oscuras alianzas. Sería saltar de la olla al fuego, pero en el Paraguay ya estamos acostumbrados.

Y eso que marzo recién comienza…

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(Artículo publicado en la columna Al otro lado del silencio, diario Última Hora, edición del domingo 7 de marzo de 2021).




La historia de Vivian

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La niña de remera celeste que aparece en la tapa de Última Hora y en las páginas de un reportaje que hicimos en la Navidad de 2006 (entonces ella tenía solo 11 años de edad), es Vivian Genes Meza, la reconocida dirigente estudiantil, actualmente presa con otros compañeros, acusados de la quema del local del Partido Colorado durante una manifestación de protesta contra el Gobierno, en un cuestionado proceso fiscal y judicial sin evidencias concretas demostradas, en donde al parecer se los ha tomado como chivos expiatorios por aparecer en el lugar en algunos videos y se los ha encarcelado rápidamente, mientras los grandes popes de la corrupción están libres e impunes.

En la Redacción de Última Hora conocemos a Vivi desde chiquita, porque su laboriosa mamá, Vivi Meza empezó a trabajar en el Departamento de Servicios y Limpieza desde abajo, hasta ser recepcionista por muchos años. Fue nuestra gran amiga y compañera, la que nos mimaba con el aromático cocido de las meriendas y resolvía muchos de nuestros reclamos cotidianos. Viajaba todos los días desde su humilde vivienda en Itauguá y muchas veces tenía que llevar a sus tres hijos, Martín, Vivian y Araceli, porque no tenía con quien dejarlos. El padre de los chicos fue a trabajar a España y Vivi tuvo que hacerse cargo. Muchas veces nos pedía prestado para el pasaje, ya que el sueldo no le alcanzaba. Cuando en la navidad de 2006 les propuse hacer este reportaje sobre la migración a España, se prestaron divinamente.

Sacrificadamente, los chicos crecieron con una visión crítica de la realidad y muchas ganas de superación. Araceli hoy estudia en Alemania, gracias al apoyo de la organización Gesellschaft Stauffen-Paraguay. Vivian también es becaria de la misma organización desde la escuela primaria y tuvo la oportunidad de viajar a estudiar en Alemania junto con su hermana, pero prefirió quedarse a estudiar y luchar por un país mejor en su patria.

A pesar de su juventud (tiene 25 años) ya tiene una intensa trayectoria estudiantil y gremial. Estudia Arquitectura en la FADA - UNA, es representante estudiantil de su facu, fue una de las que condujeron la lucha por el Arancel Cero. Quienes la conocemos, sabemos de sus valores solidarios y altruistas, como de su indoblegable espíritu rebelde en favor de un Paraguay sin corrupción y verdadera justicia.

Hoy Vivian está en la cárcel, al igual que otros compañeros, como víctimas propiciatorias de un sistema represivo y viciado, acusados del delito de protestar, con evidencias que no han podido aún ser demostradas. Desde la distancia, admirado de ver en lo que se ha convertido la niña de aquel reportaje ingenuo de la navidad del 2006, le envío un fuerte abrazo y toda la solidaridad.


El reportaje publicado en Última Hora en diciembre de 2006.

Vivian, durante las movilizaciones por el Arancel Cero en la Universidad.


Vivian, presa por disposición judicial y acusación fiscal.


Vivian, con su mamá Vivi, durante una visita en la comisaría.

El sillón de la abuela

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Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Es un viejo y rústico sillón de mimbre, con más de medio siglo de historia, que hasta hace poco dormía su sueño de olvido en la pieza del fondo, envuelto en telarañas, polvo y soledad, tras la muerte de la abuela.

Ella acostumbraba sentarse en él al atardecer, en el corredor de la casa, a tomar mate con la vista fija en el horizonte que antes mostraba verdes colinas y un pedazo de río, pero que se fue cubriendo de edificios grises.

Contaba historias, cantaba canciones y se levantaba a prepararnos las más sabrosas tortas de banana.

Quisimos mudarla a la terraza para que tenga un mejor panorama, pero se negó.

El corredor era su rincón, aunque el paisaje se le haya ido borrando a golpes de progreso y modernidad. Con el tiempo también sus ojos perdieron brillo y ya no importó lo que pudiera ver, porque todo eran manchas amarillas. El paisaje estaba en su memoria y allí siempre había verdes colinas, sol radiante, azul río.

Desde la sala, donde intentábamos estudiar o jugar al play, la escuchábamos hamacarse en su sillón, con un chirrido molesto que no lográbamos sofocar ni con la música al máximo.

Ante nuestras protestas, mamá nos decía que debíamos agradecer ese chirrido. El día en que ya no lo oigamos, significaría que la abuela se había ido, con su mate, sus relatos, sus canciones y sus tortas de banana.

Un día papá le trajo un moderno y carísimo sillón de cuero, que se reclinaba con botones y hasta hacía masajes. La abuela lo probó y dijo que no. Prefería seguir en su viejo sillón, hamacándose con su mate cada atardecer.

Finalmente, el chirrido calló para siempre. La abuela se nos fue, tranquila y dulce, como quien cierra un ciclo de vida. El sillón se quedó quieto y vacío en el corredor, hasta que papá lo llevó a la pieza del fondo, donde empezó a acumular polvo, soledad y telarañas.

Hace unos días, unos jóvenes pasaron por casa preguntando si acaso no teníamos algún viejo sillón para donar.

En medio de la catastrófica situación de la pandemia del coronavirus, con el sensible aumento de personas contagiadas de Covid-19 en los hospitales colapsados, ya no había camas disponibles de terapia intensiva y los enfermos graves se amontonaban en corredores y pasillos.

Fue cuando se les ocurrió recolectar sillones para ubicar allí a los pacientes que ya no tenían lugar, conectados a tubos de oxígeno y otros equipos médicos. Papá preguntó y todos dijimos que sí. Limpiamos el sillón, lo lustramos y lo llevamos al hospital.

Esta mañana pasé a llevar comida a los familiares que montaron una carpa de la solidaridad. En el corredor, una anciana estaba acomodada en el sillón de mimbre, con suero y mascarilla de oxígeno, mirándonos con sus ojos húmedos e implorantes. Sentí que era la mirada de la abuela que se multiplicaba en tantas otras personas peleando con la muerte.

¡Quién diría que el viejo sillón de la abuela iba a revivir, para sacudirnos de este letargo de impotencia, para despertarnos a la solidaridad, para disponernos a luchar por superar esta pesadilla, para comprometernos a construir un país mejor con menos olvidos y más justicia!


Así fue la caída de Fahd Jamil, el poderoso padrino de la frontera

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Socio de presidentes y generales, dominó Amambay y Mato Grosso durante tres décadas. Perseguido por la Justicia brasileña y el PCC, se entregó a pasar sus últimos días en prisión.


Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Octubre de 1978. A través de un desolado y polvoriento camino de tierra, cuatro camiones que transportaban 1.200 bolsas de café trataban de cruzar la frontera seca desde el Brasil al Paraguay, a unos 30 kilómetros de Ponta Porã (Mato Grosso do Sul) y Pedro Juan Caballero (Amambay).

Al doblar una curva, varias patrullas de la Policía Federal Brasileña les cerraron el camino, con armas apuntando desde todas las direcciones. Los pistoleros que acompañaban la carga decidieron rendirse ante la superioridad numérica.

La investigación, dirigida desde la Justicia federal, se encontró con muchos obstáculos de las autoridades regionales, pero en julio de 1980 derivó en la captura del dueño del cargamento: Fahd Jamil Georges, un poderoso empresario brasileño de ascendencia turca y siria, con varias propiedades en Brasil y Paraguay, a quien llamaban el Padrino, el Turco y el Rey de la Frontera.

CENSURA A LA PRENSA

De las fotos de aquel apresamiento solo quedó una, publicada por la popular revista brasileña Veja, con el título Rei na cadeia (Rey en la cárcel). En ella se ve a Fahd Jamil, con 39 años de edad, posando junto a otros cinco contrabandistas en una comisaría, en la ciudad de Curitiba, estado de Paraná.

Los diarios de Río y São Paulo fueron secuestrados antes de ser distribuidos en la región. “Los ejemplares de Veja, que traían la foto de Jamil preso, fueron interceptados en el camino del aeropuerto a Campo Grande”, narra la escritora Marisa Bittar.

Las señales de la Rede Globo y otros canales de televisión fueron cortadas antes de dar la noticia. “A los medios locales llegó un memo del subjefe de la Casa Civil del Gobierno estadual, recordando que se trataba de ‘la prisión de un amigo’ y que no se publique nada”, destaca Edivaldo Bitencourt, editor del sitio periodístico O Jacaré.

Jamil movió sus influencias y logró su libertad a pocas semanas. El gobernador de Mato Grosso do Sul, Pedro Pedrossian, lo recibió a la salida de la prisión y le pidió disculpas por no haber podido evitar que caiga preso. El Padrino prometió que nunca más volvería a pisar una cárcel, lo cual pudo cumplir hasta hace muy poco, cuando ya no pudo seguir escapando de su propia historia criminal.

IMPERIO DEL CRIMEN

Hijo de Jamil Georges y de Zine Georges, pareja de inmigrantes de ascendencia siria y turca que se establecieron en Ponta Porã, Brasil, frontera con Paraguay, en la década de los 30 del siglo pasado, Fahd Jamil Georges, conocido como Fuad en su círculo íntimo, tuvo otros siete hermanos. Uno de ellos, Gandi, llegó a ser diputado federal por Mato Grosso do Sul entre 1983 y 1991.

“Fuad ganó fama y poder en la región de Ponta Porã a partir de la década de 1970, cuando se convirtió en contrabandista de whisky y café: trajo la bebida de Paraguay a Brasil e hizo lo contrario con los granos. Durante las próximas dos décadas, aprovecharía su logística para comerciar armas”, destaca una investigación de Allan de Abreu, del diario Folha de São Paulo, publicado en 2020.

La Fundación InSight Crime, especializada en el estudio de la mafia, lo cataloga como “veterano narcotraficante”, indicando: “Jamil, quien en Paraguay se presentaba como un acaudalado terrateniente y criador de caballos, tenía entre sus amigos al ex dictador paraguayo Alfredo Stroessner y al ex presidente Andrés Rodríguez (1989-1993). También hacía negocios con el ex presidente Horacio Cartes (2013-2018), quien admitió haber recibido pagos de este”.

El entonces coronel Lino Oviedo, quien fuera jefe del destacamento de la Caballería en Amambay en los años 80, es mencionado como otro de sus amigos cercanos y socio comercial en los negocios ilícitos. También se cita que tuvo vínculos muy estrechos con el empresario y luego presidente Juan Carlos Wasmosy.


Fahd Yamil (derecha) con el general Andrés Rodríguez, en tiempos en que mantenían una estrecha relación.


LOS AJUSTICIAMIENTOS

Dueño de comercios, estancias y propiedades en el lado paraguayo, Jamil se volvió una de las personalidades más poderosas a ambos lados de la frontera. En Pedro Juan Caballero, el ostentoso Hotel Casino Amambay era su principal base de operaciones, visitado por actores de cine y televisión, modelos y deportistas famosos. Su fortificada mansión en Ponta Porã, a pocas cuadras de la avenida internacional, es una réplica de la legendaria mansión Graceland, del cantante Elvis Presley.

En los 80 era un secreto a voces que el Padrinocontrolaba el tráfico de drogas, principalmente el de cocaína, en connivencia con otro poderoso capo brasiguayo, João Morel, quien desde la región de Capitán Bado monopolizaba la marihuana.

Para afianzar su poder, según los expedientes de la Justicia de Campo Grande, Jamil disponía de una banda de sicarios, bajo órdenes directas de su hijo Daniel Alvares Georges, Danielito, y su sobrino Luiz Henriques Rodríguez Georges, alias Tulú, que asesinaban a quienes eran considerados como obstáculos para sus negocios, con violentos ajusticiamientos en los caminos desolados de la Frontera Seca.

Prácticamente nadie cuestionaba su imperio del crimen, hasta que un temerario periodista paraguayo llamado Santiago Leguizamón empezó a mencionarlo en sus reportes.

La mansión de Fadh Jamil en Ponta Porá, réplica de la mansión Graceland, de Elvis Presley.

JUSTICIA CÓMPLICE

Diversos indicios lo involucraron como autor moral del asesinato del periodista Santiago Leguizamón, ocurrido el 26 de abril de 1991, en Pedro Juan Caballero, pero el padrino Fahd Jamil Georges nunca fue procesado por ese crimen. Por el contrario, en lugar de intentar descubrir el crimen, la Justicia paraguaya se ocupó casi siempre de encubrir las fechorías del Rey de la frontera.

Los únicos jueces paraguayos que se atrevieron a dictar medidas judiciales contra Jamil fueron: el pionero Adalberto Fox, en plena dictadura, y el juez José Gabriel Valiente, en el 2005.

En la década de los 80, cuando era juez en Pedro Juan Caballero, Fox intentó enfrentar a los capos de la droga. “En esa época, el primero en la jerarquía del narcotráfico era Fahd Jamil Georges; el segundo era Joaquinzinho Da Mota; el tercero era Adilson Rosatti y el cuarto era João Morel. Yo los procesé y por eso fui destituido del cargo”, explicó a Última Hora.

El 9 de junio de 2005, luego de que el famoso juez brasileño Odilón de Oliveira se atrevió a condenar a Jamil Georges a más de 20 años de cárcel, por “tráfico internacional de drogas, evasión fiscal y lavado de dinero”, dictando una orden de captura internacional, el entonces juez de garantías de Pedro Juan Caballero, José Gabriel Valiente, dictó también una orden de prisión en territorio paraguayo, ante la presunción de que el capo se había refugiado en nuestro país.

“Tras ordenar la captura de Jamil, recibí muchas amenazas de muerte. Más de una vez fui llevado a Asunción, para protegerme”, explicó Valiente, quien actualmente es presidente de la Circunscripción Judicial de San Pedro. En intervenciones sobre el caso Leguizamón, el magistrado sostuvo que la estrecha conexión de Jamil con el ex presidente Andrés Rodríguez (un hijo de Jamil fue ahijado del general) y otras altas autoridades paraguayas influyó en que el narcotraficante no sea detenido en el país.

IDAS Y VUELTAS CON LA JUSTICIA

Tras permanecer dos años prófugo y mover su influencia desde la clandestinidad, Jamil consiguió en 2007 que el Superior Tribunal de Justicia lo absuelva de los cargos y le permita regresar a la vida pública, pero su inmenso poder en el crimen organizado comenzaba a declinar.

“El gran problema de Fahd fue aparecer involucrado en el asesinato de Santiago Leguizamón, debido a la gran repercusión que tuvo. Las denuncias lo afectaron mucho, sus adversarios aprovecharon eso y le robaron el mercado, especialmente los del PCC (Primer Comando da Capital) y el Comando Vermelho”, explicó el ex gobernador de Amambay y ex presidente del Congreso paraguayo Robert Acevedo, recientemente fallecido.

En el 2019, una nueva ofensiva de la Justicia brasileña, denominada Operación Omertá (con referencia al tradicional pacto de silencio de la mafia siciliana), lo fue arrinconando. Diversos testimonios ligaron a Jamil y su socio Jamil Name como jefes de un comando de exterminio. El Gaeco (Grupo de Actuación Especial de Combate al Crimen Organizado) consiguió probar que Jamil ordenó varios asesinatos en venganza por el ajusticiamiento de su hijo, Daniel Alvares Georges, secuestrado el 3 de mayo de 2011 al salir de un shopping de Campo Grande.

En junio del 2020, el juez Marcelo Ivo de Oliveira, de Campo Grande, dictó la orden de captura de Fahd Jamil y de su hijo, Flavio Correia Jamil Georges, Flavinho, por participar de una organización criminal con prácticas de homicidios, milicia armada, corrupción activa y pasiva, entre otros delitos. Más de 200 policías allanaron la mansión en Ponta Porã y varias propiedades, en su búsqueda.

Tras casi un año de huir de una intensa cacería, tanto por parte de la Policía como de sus rivales del PCC, Jamil finalmente decidió entregarse a las autoridades el pasado lunes 19 de abril, en un aeropuerto cercano a Campo Grande.

Con 79 años de edad y una deteriorada salud, el llamado Vito Corleone fronterizo, se mostró abatido y cansado.

Había asegurado que nunca más pisaría la cárcel. No le fue posible cumplir su promesa.


El padrino de la frontera (a la derecha) con su socio Jamil Name y un hijo de este, ambos ahora bajo la mira de la justicia brasileña


Cuba: El diálogo de un Unicornio perdido

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Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Yunior García Aguilera (Holguin, 1982) es un joven actor y dramaturgo teatral cubano, escritor y guionista de televisión, reconocido por su talento y creatividad, como por su mirada crítica sobre la realidad de su país. Formado en las instituciones oficiales de Cuba, Yunior se ha convertido en una de las figuras más representativas de la nueva generación de artistas que cuestionan al régimen castrista, miembro del colectivo cultural Movimiento 27 N (bautizado así tras haber protagonizado una primera manifestación artística masiva de protesta el 27 de noviembre de 2020).

Silvio Rodríguez (San Antonio de los Baños, 1946) es uno de los cantautores cubanos más famosos en el mundo, surgidos en el proceso de la revolución castrista figura estelar del movimiento cultural de la Nueva Trova, junto a Pablo Milanés y otros referentes. Autor de emblemáticas canciones como Unicornio, Ojalá, La Maza, Sueño con serpientes, entre otras. Mientras Milanés, al igual que Carlos Varela y otros artistas, han ido tomando distancias del régimen, Silvio se ha mantenido como sostenedor del proceso, y ha hecho numerosas manifestaciones en favor, incluyendo su famosa canción El Necio. Silvio Rodríguez estuvo en Paraguay por única vez en 2009 y cantó con Ricardo Flecha en la plaza del Palacio de Gobierno, como lo contamos en este artículo.

Tras las manifestaciones del pasado 11 de julio en Cuba, iniciado en San Antonio de los Baños, Yunior García Aguilera y su esposa, la productora de cine Dayana Prieto, tras un acto frente a la televisora estatal, en donde pidieron 15 minutos de espacio para dar su versión de lo que estaba ocurriendo, fueron detenidos por la policía, junto a muchos otros manifestantes en todo el país. Este es el testimonio de Yunior sobre su prisión.

Luego de ser liberado, Junior decidió renunciar como miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), organización gremial controlada por el gobierno, del cual formaba parte. “No puedo seguir perteneciendo a una organización que le da la espalda a una parte considerable del pueblo y opta por mostrar obediencia a un poder abusivo. No puedo permanecer en un coro que le canta alabanzas a quienes ordenaron la represión contra los jóvenes y el combate entre cubanos. No puedo ser parte de un grupo de artistas e intelectuales que ha preferido el silencio o la complicidad”, justificó.

Pero quizás el hecho más significativo fue que, tras ser liberado, Yunior decidió escribirle una carta pública a Silvio Rodríguez, uno de sus principales ídolos de juventud, con quien mantiene diferencias por sus posturas políticas, pero también admiración.

El 21 de julio, en su página de Facebook, ilustrándola con una juvenil foto del cantautor, Junior le escribió a Silvio lo siguiente:

CARTA ABIERTA AL PROPIETARIO DE UN UNICORNIO PERDIDO

Silvio, no me importa cuántas veces me digan que es inútil escribirte. Yo también, a veces, soy un necio. Me dirijo a ti porque tu voz me importa, porque crecí escuchándote, porque todavía evito todas las sillas, peligrosas, que me invitan a parar. Te escribo de pie porque sé que el ser humano que fue capaz de crear Sueño con serpientes, no puede hacer una lectura tan elemental de mi generación y sus complejidades. El artista que parió algo tan hermoso como Réquiem, no sería capaz de responderme con susurros ni hipocresías.

Cuba ya no es exactamente la misma que resumiste en aquel barco llamado Playa Girón. Me habría encantado que aquel 27 de noviembre, cuando cientos de jóvenes fuimos en busca de un diálogo real y transformador, hubieses llegado con tu guitarra, a cantar junto a nosotros, en medio de tanta incertidumbre.

Sé que muchos jóvenes rebeldes acaban transformándose en viejos conservadores. Pero no creo que sea tu caso. De vez en cuando nos sorprendes con opiniones auténticamente revolucionarias (en el sentido profundo de ese término), y vuelves a repararnos los sueños y las esperanzas. Pero voy a ser honesto: otras veces levantas un abismo insalvable entre tus utopías y las nuestras.

Ni todo lo que dices es mentira, ni es mentira lo que muchos de mis amigos y yo defendemos. Tú, mejor que otros, sabes identificar cuánto se pueden manipular las medias verdades y cuán fácil resulta convertir a una persona, que no tiene miedo de decir lo que piensa, en enemiga.

Yo no te pido que renuncies a ninguna de tus convicciones. Eso sería absurdo de mi parte. Tú eres (con todas tus contradicciones) una pieza imborrable en este rompecabezas donde nacimos y que seguimos llamando Patria. Pero mis amigos y yo (con las nuestras) también estamos en esa imagen de Cuba que no acaba de armarse. Y no permitimos, Silvio, que nadie nos arroje de la mesa.

Si todavía me queda, después del 11 de julio, una mínima esperanza de diálogo, quiero que sea contigo. No te imagino lanzándonos a un camión de basura ni defendiendo tiendas con un palo en la mano. No te imagino pateando a un joven socialista de 22 años en una estación de policía ni apoyando las condenas de aquellos a los que has regalado tantos conciertos en sus barrios.

Yo te invito.

Regálanos esos 15 minutos que nos negaron en el ICRT. No hacen falta cámaras ni micrófonos. Solo nosotros y nuestros fragmentos de verdades.

No sé si esos 15 minutos hagan que recuperes tu unicornio. Pero quizás nos ayudes a no perder definitivamente el nuestro.

Ojalá.

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Silvio le respondió positivamente.

Se encontraron y conversaron en privado, sin cámaras, sin registros.

Después, cada uno dio su versión de lo que hablaron.

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Escribió Yunior:

Ya conversamos.

Fueron 70 minutos de franqueza en los estudios Ojalá. Ninguno convidó al otro a renunciar a sus posiciones ni principios. Fuimos capaces de confrontar nuestras diferencias desde el más absoluto respeto y preferimos concentrarnos en nuestras coincidencias. Tampoco perdimos tiempo en discutir los temas que no podemos resolver en la práctica ninguno de nosotros. Nos enfocamos en cómo aportar, ahora mismo, al bien de la sociedad cubana, en su conjunto.

Silvio se comprometió frente a Dayana, a Niurka y frente a mí, a abogar por la liberación de todos los presos que participaron en las protestas. Dio su palabra, de modo convincente, de que hará todo lo que esté a su alcance para lograr ese objetivo.

También coincidimos en un proyecto (en su momento se hará público) que podría servir para el comienzo de un debate verdaderamente plural, inclusivo, cívico, respetuoso y amplio, que encuentre los consensos entre la diversidad que hoy nos caracteriza como cubanos.

El encuentro de hoy no se trataba de un combate para encontrar un ganador. Se trataba de Cuba. Y creo que salimos de allí con la certeza de que se necesitan cambios reales, impulsados por vías no violentas, sin injerencias y donde ningún cubano se sienta excluido.

Gracias a todos los que aportaron, con sus opiniones y comentarios, para que este encuentro fuera posible. Falta mucho por hacer todavía. Y lo vamos a hacer sin odio.

Un abrazo.

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Escribió Silvio:

El encuentro con Yunior y Dayana fue bueno, no exagero si digo que fraterno; hubo diálogo, intercambio, nos escuchamos con atención y respeto. Para mí lo más doloroso fue escuchar que ellos, como generación, no se sentían ya parte del proceso cubano sino otra cosa. Me explicaron sus argumentos, sus frustraciones. Traté de hacerles comprender que a mis años también todo resultaba mucho más lento de lo que esperábamos que fuera. ¿Culpa de qué, de quienes? Y hablamos de incomprensiones entre edades diferentes, entre intereses y entendimientos diferentes. Demasiado doloroso para mí que se declaren fuera; no puedo aceptar ese fracaso ni en nombre del dolor por las incomprensiones. Yo también las sufrí y jamás llegué a sentirme fuera. Pero pienso que mi generación fue la inmediata a la insurreccional y que heredamos los motivos de nuestros padres y después, creciendo, sufrimos con ellos lo mucho que ha costado ser soberanos y además socialistas.

Tiene que haber más puentes, tiene que haber más diálogos, tiene que haber menos prejuicios; menos ganas de pegar y más deseos de resolver la montaña de temas económicos y políticos pendientes; menos costumbre de escuchar a quienes hablan lo mismo con las mismas palabras, década tras década, como si las generaciones no vinieran también con sus propias palabras e ilusiones.

Me pidieron que llamara a alguien y que pida amnistía para todos los presos. Recuerdo la última vez que pedí una amnistía. Fue en la Tribuna Antimperialista. Un segundo antes de subir una autoridad me dijo que no lo dijera. Si no digo eso, no digo nada, respondí. Y pude llegar al micrófono. Y entre otras muchas cosas pedí la libertad de aquella gente con quienes no estaba de acuerdo. Y un par de semanas después (no por mi culpa) 70 vidas fueron libres. No sé cuántos presos habrá ahora, dicen ellos que cientos. Pido lo mismo para los que no fueron violentos y cumplo con la palabra empeñada. Ellos no tienen nada que cumplirme porque nada pedí. Ojalá nunca más se sientan fuera (deseo lanzado al aire).

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Así relata e interpreta este episodio la periodista cubana Mónica Baró, en El Estornudo, uno de los nuevos medios periodísticos cubanos que surgieron con internet:

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Se podrán decir muchas cosas sobre Yunior García Aguilera y Silvio Rodríguez, en contra y a favor, sobre el régimen cubano, la revolución, la dictadura, el bloqueo norteamericano, el imperio yanqui, Patria o Muerte, Patria y Vida, lo que ocurre, lo que ocurrirá, tantas cosas de uno y otro lado o viceversa, pero a mí me interesa rescatar el hecho de que dos grandes artistas de diferentes generaciones y posturas políticas puedan sentarse a dialogar y a actuar.

Tal vez por allí haya un camino, no solamente para Cuba, sino también para otros países también con graves conflictos, incluyendo a nuestro querido Paraguay.

 


A propósito de periodistas y facturas falsas…

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Hace un par de años, por una desatención mía y por tener fobia a la burocracia, no me di cuenta de que, además de pagar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), ya me tocaba ingresar en el grupo de los que pagan el Impuesto a la Renta Personal (IRP). Cuando me avisaron ya tenía una deuda considerable ante la Secretaría de Estado de Tributación (SET) y no me había tomado el trabajo de juntar facturas para poder deducir. Así que no me quedó más alternativa que procurar fondos (que no tenía) para ponerme al día.

Fue entonces cuando algunas personas que conocían mi situación me recomendaron “comprar facturas” para no tener que pagar tanto. Me dijeron que hay gente que te las provee, ponele una factura por valor de diez millones, pero solo te cobran dos millones. Me dijeron incluso que eran facturas legales, que no iba a haber problemas, que “todo el mundo lo hace”, etc. Por supuesto, con mi esposa, Desirée, ni siquiera consideramos la oferta. Hace mucho que aprendí que, en esta vida y en este oficio, es importante aquella frase heredada del antiguo Imperio Romano: “La mujer del César no solo debe ser honrada; sino también parecerlo”. Nos apretamos el cinto, hicimos préstamos y saldamos la deuda. Me sentí identificado con esa canción de Joaquín Sabina: “El tiburón de Hacienda / confiscador de bienes / me ha cerrado la tienda / me ha robado el mes de abril…”.

Ante la triste situación de algunos reconocidos colegas periodistas que han estado en estos días en el ojo de la tormenta por haber estado involucrado en casos de facturas falsas en su rendición por impuestos, descubiertas por la SET, procesados judicialmente y que se han debido acoger al criterio de oportunidad, pagar los impuestos evadidos, además de multas e incluso donar una ambulancia, es oportuno realizar algunas consideraciones.

Los periodistas, que solemos ser sumamente implacables con los políticos y los funcionarios acusados de hechos de corrupción, no podemos pretender que se nos dispense un trato diferente del que nosotros solemos endilgar a los protagonistas de este tipo de noticias. Más que ninguno, nosotros sabemos lo que es el valor de la información, la necesidad de dar explicaciones a la audiencia, y que todo silencio u ocultamiento será entendido siempre como una indirecta admisión de culpabilidad. Si nuestras aclaraciones no son detalladas y transparentes, si no respondemos a las muchas preguntas que quedan flotando, siempre quedarán las dudas de que nuestra historia no acaba de cerrar.

Cuando los periodistas nos encontramos al otro lado de la situación en que muchas veces ponemos -desde nuestros programas o medios de comunicación- a las personas que están en el banquillo de los acusados, no podemos pretender que la popularidad que hayamos podido ganar sea una coraza de impunidad. Es tan cuestionable el silencio corporativo de algunos miembros del gremio para con los colegas, como la saña encarnizada en que caen otros para hacer leña del árbol caído, ya sea por enconos personales, como por razones de competencia comercial o profesional. El mismo criterio de rigurosidad periodística que reclamamos para tratar el tema de cualquier político corrupto debería valer para cuando los protagonistas de la noticia son personas de nuestro propio oficio.

Siento mucho la situación de personas a las que, por diversas circunstancias, les tomé afecto y en algún momento admiración. Una vez más, recuerdo lo que siempre les digo a mis alumnos de periodismo: “Si pretenden construir una trayectoria de periodistas creíbles, cuiden esa trayectoria en cada momento de sus vidas, en cada detalle, en cada palabra que digan, en cada línea de texto que escriban. Alguna vez tendrán un lindo auto o una linda casa, y existe el riesgo de que los pierdan en un choque o en un incendio, pero siempre tendrán posibilidad de volver a juntar dinero y volver a comprarlos. Pero si en algún momento se les descubre accediendo a un soborno, vendiendo una información, haciendo algo ilícito o éticamente reprochable, toda esa trayectoria que antes construyeron se irá al basurero y será probablemente irrecuperable. La credibilidad perdida ya no se recupera como un auto o una casa”.

Soy un periodista esencialmente de prensa escrita. No tengo el nivel de exposición y popularidad que tienen los de la tele. También me resisto a ser eso que ahora está tan en boga, lo que llaman ser “influencer”, que a muchos colegas muy populares les generan altos ingresos por vender su popularidad. Les recuerdo que no es algo ilegal, pero si es una situación reñida con la ética. No se puede pretender ser un informador serio, conducir programas de periodismo o noticiero de televisión, y en la tanda comercial aparecer diciéndole a la audiencia que tal heladera, tal shampú o tal crema de belleza es mejor que los productos de otra marca, solo porque te pagan (aparte de lo que ya ganás por tu oficio de periodista) por decirlo. ¿Cómo creerte lo que me estás contando como información, si al mismo tiempo me estás vendiendo el producto de la marca que te auspicia? O sos periodista o sos modelo publicitario. Si sos ambas cosas, hace ruido.

Recomienda el artículo 13 del Manifiesto Ético para Periodistas del Paraguay (que elaboramos varios periodistas con Semillas para la Democracia): “Salvaguardar la libertad e independencia de la profesión, evitando vender publicidad. No prestar la imagen para promocionar productos o marcas comerciales. Excepcionalmente, participar en anuncios o campañas benéficas, sin recibir retribución a cambio”.

Igualmente, dice el artículo 7 del Código de Ética del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP): “El periodista, en orden a salvaguardar su libertad e independencia, mientras trabaje como tal debe evitar hacer publicidad y propaganda, excepto que se trate de anuncios institucionales de utilidad pública”.

Hechas estas puntualizaciones críticas, envío un abrazo de solidaridad a los colegas que han pasado por este duro trance. Ojalá aprendan la lección y logren recuperar sus carreras profesionales, aunque posiblemente ya nada será como antes.


Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

 


Crónica del adiós

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Este es el texto de mi última columna publicada en Última Hora el pasado domingo 15 de noviembre, en la que me despedí de los queridos lectores y las queridas lectoras de ese gran medio periodístico, texto que ahora se aloja también en el blog.

A partir de ahora, hasta que podamos concretar un nuevo sitio periodístico digital emprendedor, me podrán seguir en las redes sociales y en este blog, que muy pronto reactivaré con más asiduidad, para compartir reflexiones, inquietudes, novedades, en un tono y con un enfoque mucho más personal, pero con el estilo habitual. También me propongo compartirles algunos videos con diálogos sobre temas que puedan ser de interés, desde esta misma plataforma y mi canal de Youtube.

No dejaremos de estar en contacto. ¡Muchas gracias por los muchos mensajes de saludos y aliento en esta nueva etapa!

 

***

Queridas lectoras, queridos lectores: 

No es fácil decir adiós. No es fácil dejar atrás todo lo que nos ha unido en este espacio periodístico semanal durante cuatro décadas, pero ha llegado el momento de cerrar el ciclo. Les agradezco de corazón los mensajes y las certeras señales de que siempre han estado allí, al otro lado de las páginas o de las pantallas, haciendo posible este encuentro vital. 

No es fácil dejar esta legendaria Redacción que me recibió cuando era solo un rebelde adolescente recién llegado de la frontera. Recuerdo aquella tarde de 1980, cuando Pedro Justino Macchi, jefe de Redacción de Última Hora, invitó a este aprendiz de 19 años de edad a ser uno de los columnistas elegidos para la nueva página de opinión de los sábados, desafiando a las imposiciones de la dictadura. En aquella primera época tuve a destacados vecinos de sección: Aníbal Saucedo Rodas, Pepe Costa, Nicanor Duarte Frutos, Ana Iris Chávez de Ferreiro, Toni Carmona, Gustavo Arroyo Ligier, Víctor Benítez y tantos que hoy ya no andan por aquí. Soy quizás uno de los últimos sobrevivientes de esa era de periodismo analógico, bohemio y soñador, amasado a golpes de máquina de escribir y de tertulias al cierre de la edición.

Tantos episodios se arremolinan en la memoria. En 1995, el hijo del Rey de la Marihuana de Capitán Bado, Ramón Morel, me pasó un fajo de dólares para cubrir “mis gastos”. Le dije que no, gracias. La entrevista que me concedió en la clandestinidad era mucho más valiosa. En 2002 publiqué una serie sobre los escuadrones de la muerte en la frontera con Brasil. Me llegó un sobre con una bala 357 Magnum, que llevaba mi nombre escrito. La tengo bien guardada, cual amuleto de la suerte.

Tuve el privilegio de cubrir la muerte del ex dictador Alfredo Stroessner, en Brasilia. La alegría de encontrar vivo al desaparecido periodista Kike Galeano, en São Paulo. El lujo de entrevistar a gente como Joan Manuel Serrat, Caetano Veloso, Lula da Silva, Isabel Parra, Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff, Rubén Blades, Eduardo Galeano. La osadía de llegar al corazón del narcotráfico y el crimen organizado, de radiografiar las muchas formas de corrupción que corroen al Paraguay, pero también el placer de contar las maravillas del otro país: la revolución de la limpieza en Atyrá, la experiencia de salud comunitaria en Fram, los fuegos mágicos de Tañarandy.

Esta es mi última columna “al otro lado del silencio”. Cumplo 60 años de edad y me corresponde acceder a la jubilación. Concluye mi relación laboral con Última Hora, aunque sé que siempre será mi hogar periodístico, parte de mi vida y mi trayectoria profesional. Me hace feliz ver a colegas jóvenes, hombres y mujeres, tomando la posta de nuestra valiosa tarea.

Me tomo un descanso sabático, pero más temprano que tarde estaré otra vez junto a ustedes, con la publicación de nuevos libros, con guiones para películas, con obras de teatro, con álbumes de cómics y probablemente con un nuevo sitio digital periodístico emprendedor, que refleje las actuales tendencias de la comunicación social.

Muchas gracias a todos y a todas por haberme acompañado en este largo y fructífero camino, en donde cuestionamos al viejo orden autoritario y sembramos las semillas para un país mejor.

Aguyje. ¡Jajohecha peve!




Revelan el lugar en Asunción donde supuestamente enterraron a Hitler

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Autores brasileños exponen el sitio donde un militar asegura haber asistido al entierro de Adolf Hitler, en 1973, en un bunker secreto sobre la calle España. Actualmente hay allí un hotel. ¿Leyenda o misterio a desentrañar?

Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman

Un intrigante relato alternativo de la historia cobra de nuevo actualidad. La versión de que Adolf Hitler, el líder nazi que desencadenó la Segunda Guerra Mundial, acusado de terribles crímenes de guerra, no se suicidó en Berlín, Alemania, en 1945, sino que huyó a la Argentina, vivió en Brasil, murió en 1971 y fue enterrado por segunda vez en 1973 en Paraguay, en un bunker subterráneo sobre el que luego se construyó un hotel alemán, ahora adquiere nuevos datos, luego de que los investigadores brasileños Marcelo Nettoy Aldo Gama han publicado el libro “O homen que enterrou Hitler” (El hombre que enterró a Hitler, Editora Contracorrente, Sao Paulo, 2021), en donde dan a conocer el lugar en que presuntamente se realizó la inhumación, en un céntrico sector de Asunción.

La historia se había conocido originalmente en 2014, con el libro "Tras los pasos de Hitler", del argentino Abel Basti, que provocó gran impacto pero a la vez escepticismo, ya que no precisaba cuál era el hotel construido sobre la supuesta tumba de Hitler, según el testimonio del sargento del ejército brasileño Fernando Nogueira de Araujo, quien asegura haber asistido a una ceremonia fúnebre nazi secreta, en la noche del 1 de enero de 1973, en plena dictadura stronista.

Basti obtuvo la declaración de Nogueira en forma indirecta, a través del periodista brasileño Marcelo Netto, quien entrevistó varias veces al militar. Se especuló que el bunker sería un espacio subterráneo en el Hotel El Tirol, en Capitán Miranda, Itapúa; en el Hotel del Paraguay, en Asunción o en el Hotel del Lago, en San Bernardino, a cuyos propietarios fundadores se los vincula con la historia de los nazis en el Paraguay, pero ahora se revela que no era ninguno de los tres, sino otro diferente.


El testigo. Fernando Nogueira de Araujo, el militar brasileño que asegura vio enterrar a Hitler en Asunción. (Foto: gentileza Jorge Tung).

La revelación

“A diferencia de Basti, hemos preferido demorar 14 años para dar a conocer esta historia en un libro, esperando comprobar muchas cosas de las que nos contó el señor Fernando”, destaca Marcelo Netto, en diálogo con ULTIMA HORA desde Sao Paulo.

El periodista mantuvo contacto por primera vez con Nogueira de Araujo el 23 de mayo de 2007, cuando este lo visitó en la Redacción del periódico donde trabajaba, en Sao Paulo, Brasil, para contarle la historia que en ese momento le resultó increíble.

En la ocasión, el militar le pidió que anote la dirección del lugar al que sus amigos nazis le trajeron en un tour clandestino: “rúa (calle) España, 202. Asunción, Paraguay”. En ese momento solo había una construcción subterránea con dos o tres pisos, al que se bajaba con una especie de ascensor. “Después construyeron encima un hotel alemán”, le dijo.

Netto es un periodista de reconocida trayectoria en Brasil, quien trabajó en el diario Folha de Sao Paulo. En 2012 viajó a Asunción para entrevistar al entonces presidente Fernando Lugo y se acercó a verificar qué había en el número 202 de la calle España.

“Tal como el señor Fernando nos contó, encontré allí el Hotel Palmas del Sol, propiedad de una Sociedad de Ayuda Germano Paraguaya, de Independencia, justamente la colonia alemana donde se creó el partido nazi paraguayo en 1928. Me alojé allí. No me fue posible confirmar si había un búnker debajo y si el supuesto féretro de Hitler continúa allí, pero me llamó la atención el desnivel en varias partes de la construcción”, indica.

Netto describe que, al entrar y pasar la recepción del hotel, “es necesario bajar unos escalones, por lo que el suelo esta por debajo del nivel de la calle. La cocina estaba aún más abajo, prácticamente en el sótano. Algunas habitaciones del hotel rodean un "jardín de invierno" al aire libre, con algunas palmeras. Pensé: si el búnker está aquí abajo, esta es la razón por la que, en 2003, no pudieron construir habitaciones sobre el césped que el señor Fernando dice haber encontrado 30 años antes, en 1973. Lo mismo ocurre con el propio búnker de Hitler en Berlín, que hoy está escondido bajo un estacionamiento", destaca

Con su colega Aldo Gama, decidieron contar la historia en el libro, como una novela que mezcla realidad y ficción, aportando los detalles que pudieron descubrir. “Si a alguien le interesa el tema, seguramente se podrá hacer una verificación en el lugar”, indicó el investigador.

En el libro, la dirección del hotel se brinda en código, con números, letras y signos distribuidos en color rojo, a lo largo de las páginas, hasta formar las coordenadas 25º17'03.0"S57º37'34.2"W, que, al ponerlas en Google Maps, conducen al lugar sobre la calle España.

Marcelo Netto, uno de los autores del libro.

La portada del libro, recientemente publicado en Brasil.

***

“Fue el segundo entierro de Adolf Hitler, esta vez en el Paraguay”

Fernando Nogueira de Araujo nació en 1943 en Caicó, Río Grande do Sul. Creció en la región de Londrina, Paraná, donde se hizo amigo de un joven inmigrante alemán, Harold Ernst, de quien luego supo era activo miembro de grupos nazis.

Había una gran comunidad de inmigrantes alemanes que se habían refugiado en Brasil tras la segunda guerra mundial, procedentes de Danzig, Alemania (actualmente Gdańsk, Polonia), que se llamó Nova Danzig, hoy conocida como Cambé. “Era una colonia nazi”, destaca.

El padre de Harold era un ex oficial del ejército de Hitler, que se encargaba de la seguridad en Nova Danzig. Fernando creció en ese ambiente y supo la historia de que Adolf Hitler no murió en Berlín, sino que escapó a Argentina y luego vivió un tiempo en Nueva Danzig, en Brasil, protegido en la clandestinidad, y también un tiempo en el Paraguay, para regresar luego a la Argentina, donde supuestamente falleció en 1971.

En 1955, el presidente Juscelino Kubischek ordenó que se retire a los nazis de Nova Danzig. “Cuatrocientos nazis alemanes fueron llevados al Paraguay, otros 200 a São Paulo, al barrio Cidade Dutra. Fueron alojados en la Bayer y en la Mercedes-Benz de Brasil”, contó Nogueira a Netto.

Nogueira entró al ejército brasileño, se hizo sargento, fue destinado a Manaos, en la Amazonia, desde donde mantuvo contacto estrecho con su amigo Harold Ernst, hasta que en 1972 recibió la invitación para viajar a Asunción, en el Paraguay.

Contacto en Manaos

El contacto fue a través de otro amigo nazi, Paulo Corenchuck, que pertenecía al controvertido grupo misionero A Nueva Tribus. Su amigo le invitaba a Fernando y a su esposa a “una ceremonia especial” en el primer día de año nuevo, en Asunción, con todos los gastos pagados. Le pidieron que acuda con su uniforme militar.

“Fue una especie de pago, porque ayudé sicológicamente a Harold en su juventud. También era una forma de reclutarme a su sociedad secreta”, relató Nogueira a los autores del libro.

El militar fue conducido a la dirección de la calle España 202. “Había una escalera con un portón. Fui recibido por una chica rubia, alta, con un gran portallaves en la cintura. El terreno era cubierto de césped, en fondo había una construcción con un elevador y una escalera, y abajo tres niveles bien organizados. Una especie de búnker completo, con dormitorio, comedor, salón. Desde afuera parecía un terreno abandonado”, relata Nogueira en el libro.

Al lugar llegaban varios hombres ancianos, muchos de ellos en sillas de rueda, acompañados de enfermeras. Nogueira cree que eran ex jerarcas nazis, refugiados en Paraguay. A las mujeres no se les permitía bajar. La esposa de Nogueira debió esperar en el primer nivel.

En la ceremonia, en la noche del 1 de enero, uno de los jefes del grupo dijo: “¡Como pasa el tiempo! En febrero harán dos años que el Fürher nos dejó”. Después él pudo confirmar que Hitler habría fallecido en febrero de 1971 en la Patagonia argentina, y que su cuerpo era trasladado al Paraguay, para mayor seguridad.

La ceremonia en torno al presunto féretro de Hitler duró desde las 20 a las 21. “Escuchábamos el ruido de los obreros colocando cemento y piedras en las paredes. Estaban cerrando el espacio con el féretro. Había llantos, mucha pena. Cerraron totalmente el acceso al nivel de abajo”, relató.

El militar calcula que asistieron unas 60 personas. Luego, todos se retiraron como quien abandona un velorio. “No me quedan dudas, fue el segundo entierro de Hitler, esta vez en el Paraguay. Yo fui testigo”, indica.

 

***

 

El lugar. El hotel Palmas del Sol, en el 202 de la calle España, aparece en la dirección revelada por los autores. Aquí, en 1973, cuando aún no había un hotel, el sargento Nogueira de Araujo dice que asistió al entierro de Hitler en un búnker secreto subterráneo.

Martín Bachmann

El silencio de los propietarios

Hemos buscado obtener la opinión de los propietarios del Hotel Palmas del Sol sobre la versión de los autores brasileños, pero al cierre de esta edición no han brindado comentarios.

El autor de estos reportajes estuvo el jueves en el hotel, solicitando una entrevista. Los empleados indicaron que llamemos al empresario Martín Bachmann, a un número de línea baja, pero la mujer que nos atendió dijo que el mismo no estaba disponible. Tomó nota de nuestros requerimientos y número de teléfono, prometiendo entregarlos al directivo.

Ante la falta de respuestas, accedimos al número del teléfono celular particular de Bachmann, a donde llamamos, sin ser atendidos. Le dejamos un mensaje de texto vía WhatsApp, explicando lo que íbamos a publicar, requiriendo una réplica. Las dos rayas azules indican que el mensaje fue leído, pero no hubo contestación. Nuestros canales de comunicación permanecen abiertos para cuando quieran hablar.

Palmas del Sol pertenece a una red de pujantes emprendimientos hoteleros en diversos puntos del país. Su principal propietario también dirige un moderno frigorífico, con producción de una reconocida marca de carnes y embutidos, en la localidad de Independencia, Guairá. En noviembre de 2015, Martín Bachman fue el principal gestor de la hazaña de elaborar el chorizo casero “más largo del mundo”, tipo Bratwurst, de 418,27 metros, en Independencia, obteniendo por ello una marca de récord Guinnes para el Paraguay.

__________________

(*) Lean nuestra primera publicación, realizada en marzo de 2014, en Última Hora, que complementa a esta nueva revelación, en este enlace. Es la historia que condujo a las investigaciones que derivaron en nuestro libro Mengele en Paraguay.


No investiguen tanto… que pueden acabar descubriéndose a sí mismos

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(Disquisiciones sobre nuestra tragicómica actualidad política)

Que la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, sea sometida a juicio político en la actual coyuntura de guerra interna pre electoral en la ANR, es tan probable como que el ex presidente Horacio Cartes sea imputado y vaya a la cárcel por los delitos de los que se lo acusa, tras la sorpresiva investigación que la fiscala general ordenó esta madrugada contra su presunto padrino político, en evidente maniobra para tratar de minimizar los efectos en su contra.

Nada de eso podría ocurrir, según nuestra experiencia más pesimista o realista… pero la política paraguaya suele ser también una caja de sorpresas. Recuerden, si no, el Marzo Paraguayo o la victoria electoral de Lugo. O a quienes creían que los hasta entonces intocables González Daher, Díaz Verón o Zacarías Irún nunca irían a caer.

Lo que pueda suceder en las próximas semanas o meses, depende mucho de los hilos que se muevan desde la Embassy de la avenida Mariscal López, como del comportamiento que tengan los principales contendientes en la disputa actual de poder dentro del coloradismo.

Mientras tanto, aunque todos tengamos la impresión de que “no hay nada nuevo bajo el sol”, sin embargo, sí lo hay. No deja de ser importante que se produzcan denuncias oficializadas ante organismos estatales (Seprelad y Tributación, presionando al Ministerio Público, con efectos en la Justicia internacional, principalmente Panamá, tras los Pandora Papers), como que, por primera vez, un ministro del Interior exponga el esquema de poder político mafioso (o al menos una parte del mismo) ante una sesión en el Poder Legislativo, transmitido en vivo por los medios de comunicación.

Tal vez no pase nada a nivel de Fiscalía o del Poder Judicial, cooptados por la corrupción y el poder político, pero que la sociedad se nutra de información de primera mano, en las portadas de los mayores diarios y en horario prime time de los principales noticieros televisivos, puede ayudar a desencadenar interesantes procesos de depuración de nuestro endeble sistema democrático.

Seguramente muchos seguirán votando por los bandidos de siempre en las próximas elecciones, pero, con todo esto que está saliendo a luz, que al menos algunos reflexionen sobre lo qué están haciendo y cambien de actitud, puede hacer posible que algo, alguito, empiece a cambiar. Claro que, para eso, hace falta construir desde la oposición y desde los espacios independientes mejores alternativas políticas y líderes más creíbles, y no cometer el error de presentar de nuevo en las elecciones a los mismos quemados personajes de siempre, que inspiran tanta desconfianza o rechazo como los que acaparan el poder corrupto desde hace 70 años.

✍Andrés Colmán Gutiérrez


Un lujoso barrio privado en el Este, ¿aguantadero de delincuentes?

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No es la primera vez que guardias del exclusivo barrio cerrado Paraná Country Club, en Hernandarias, Alto Paraná, ponen obstáculos para demorar o tratar de impedir el ingreso de una comitiva fiscal policial, mientras permiten que delincuentes que viven allí, protegidos por grandes fortunas presuntamente mal habidas, se den a la fuga, tal como ocurrió este martes durante un allanamiento del Operativo Turf: Presunto narco logra escapar de allanamiento en Paraná Country Club”.

Hay demasiados antecedentes de casos similares. Algunos de ellos se pueden ver en el video de este enlace.

En el tiempo en que fui  jefe de la Redacción Regional del diario Última Hora en Ciudad del Este (de 2007 a 2011), me tocó enfrentar a los directivos del Country, cuando sus guardias querían impedir a toda costa que los periodistas entremos a cubrir intervenciones policiales y judiciales públicas, bajo el pretexto de que el lugar era "un barrio privado", como si eso les valiera violar derechos constitucionales, como la libertad de expresión y el derecho de informar, como si ese lugar fuera un estado dentro de otro estado, otro pequeño país dentro del país.

Tengo buenos amigos que viven en el Paraná Country Club y ellos mismos me han comentado que les molesta esta situación que les da mala fama, cuando la venta de costosos terrenos y lujosas mansiones se promociona justamente como "un refugio seguro, donde no serán molestados", que ha dado pie a que criminales internacionales pudieran esconderse allí, mientras eran buscados por la Justicia Internacional, como el famoso doleiro brasileño Darío Messer, o el prófugo argentino Ibar Pérez Corradi. Vean este informe del diario La Nación, de Argentina:

En el informe, el Paraná Country Club es descrito como “un barrio de 480 hectáreas, de bosques frondosos a orillas del río Paraná y ubicado a unos 15 minutos de Ciudad del Este, cuya característica principal es el contraste absoluto entre lo que hay dentro y lo que lo rodea”.

“Para entrar hay que pasar dos controles de seguridad y sólo ingresan los que tienen autorización o los que se hospedan en alguno de los dos hoteles internos en los que la habitación, por noche, varía entre los 1000 y los 2000 pesos argentinos. El que entra y el que se va quedan registrados. El alquiler de una casa ronda los US$ 2500 y los precios de venta varían entre US$ 600.000 y US$ 2 millones, según se constató en dos inmobiliarias distintas”, señala el artículo, que es de 2016. Los precios han variado mucho. “Tiene fama de ser tierra prometida para lavadores de dinero y narcotraficantes que buscan un refugio donde hacer sus negocios”, agrega el diario bonaerense.

Lo llamativo es que las autoridades policiales, fiscales y judiciales -es decir, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial-, permitan que empresarios privados les impongan reglas por encima de la Constitución. ¿Es porque los dueños del Country acaso tienen más poder que el mismo Estado, o es porque a la gente del mismo Estado les conviene que existan lugares al resguardo de la Ley y la Justicia?

Un arzobispo para tiempos difíciles

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La designación de Adalberto Martínez Flores como nuevo arzobispo de Asunción es un hecho positivo para un país donde la religión católica sigue siendo determinante en la vida nacional.

Desde el retiro y posterior fallecimiento de monseñor Ismael Rolón, el legendario arzobispo que marcó líneas de valentía, equilibrio y dignidad a la conducción de la Iglesia Paraguaya en momentos críticos durante la dictadura stronista -probablemente el mejor obispo paraguayo en la historia, junto al misionero Juan Sinforiano Bogarín-, la arquidiócesis de Asunción cayó en manos de prelados que no supieron estar a la altura de las circunstancias.

El sucesor de Rolón, monseñor Felipe Santiago Benítez, si bien tuvo actitudes valientes en sus primeros años como obispo de Villarrica, cuando acompañó la lucha de los campesinos de las Ligas Agrarias, luego cayó en una onda de conservadurismo extremo y tuvo actitudes lamentables durante sucesos de crisis políticas como el Marzo Paraguayo. Le siguió Pastor Cuquejo, también reconocido por conservador y con actitudes muy condescendientes con los círculos de poder.

Su sucesor, Edmundo Valenzuela, pasará a la historia como uno de los obispos más reaccionarios del catolicismo paraguayo, abiertamente enfrentado a sectores progresistas de su propia Iglesia, con cuestionables gestos de encubrimiento a sacerdotes acusados de acoso sexual a miembros de la feligresía, en un momento en que la máxima conducción de la Iglesia Católica, encarnado por el Papa Francisco, intenta una política de apertura y diálogo con sectores tradicionalmente estigmatizados o excluidos.

Adalberto Martínez llega a la conducción de la Arquidiócesis de Asunción -el liderazgo más importante en la estructura de la Iglesia paraguaya-, con una trayectoria relevante, de perfil generalmente bajo ante las exposiciones mediáticas, conocido por sus actitudes de prudencia y equilibrio (que también caracterizaba a monseñor Rolón), pero con gestos de valentía en tiempos críticos, tal como lo podemos atestiguar en el relato que incluimos a continuación.

Monseñor Martínez no es un obispo en la línea de la Teología de la Liberación (como lo es, por ejemplo, el obispo emérito de Misiones, monseñor Melanio Medina, o como lo fueron, en su momento, el fallecido obispo de Concepción, Anibal Maricevich, o el luego renunciante obispo de San Pedro, Fernando Lugo, que llegó a la presidencia del país), pero es un prelado sensible a la situación social. Tampoco es un obispo a quien se pueda considerar conservador, aunque aferrado a la tradición litúrgica y social de la Iglesia, es conocido por su espíritu de apertura y por su buena formación teológica e intelectual.

El siguiente relato, que forma parte de nuestra novela “El país en una plaza”, narra un episodio absolutamente real, de cómo monseñor Adalberto Martínez asumió en la noche del 26 de marzo de 1999 y en la madrugada del 27 de marzo, tras la masacre de los jóvenes en la Plaza del Congreso, el rol de autoridad de la Iglesia en busca una pacificación y de resultados concretos de Justicia. Todo lo que no hizo el entonces arzobispo. El relato lo escribimos en base al testimonio de los sacerdotes jesuitas Fernando López y Óscar Martínez, además de varios otros testigos.

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CAPÍTULO 38 DEL LIBRO “EL PAÍS EN UNA PLAZA – LA NOVELA DEL MARZO PARAGUAYO

Un terrible alarido le obligó a cerrar los ojos. Era el grito de dolor de un joven carapintada, herido de un balazo en la pierna, que se retorcía sobre el piso de la plaza, mientras sus compañeros trataban desesperadamente de encontrar ayuda médica.

El joven sacerdote jesuita Fernando López sintió que lo dominaban la impotencia, la angustia, las lágrimas.

Con su vaquero desteñido y su remera ajada, su característico look hippie, había estado allí días y noches, compartiendo junto a los manifestantes como uno más, sin que muchos supieran siquiera su condición de religioso. Nunca había creído que los partidarios del Gobierno se atreverían a tanto. Nunca había pensado que estaría llorando la muerte de tan queridos compañeros.

¿Y ahora qué...?, se preguntaba. ¿Cómo detener esta locura desbordada?

Al lado suyo, otro joven sacerdote jesuita, Óscar Martínez, no pudo contenerse al ver que un grupo de agentes salían del interior del Cuartel Central de la Policía Nacional, frente a la plaza, portando sus armas.

Era casi medianoche. A pasos rápidos Óscar cruzó la calle, seguido por Fernando, y encaró al que parecía tener más alto rango.

–Discúlpeme. Yo soy el pa’i Martínez y él es el pa’i López. Queremos decirles que estamos indignados por lo que está sucediendo. ¡No es posible que ustedes no hagan nada por detener a los francotiradores, sino que además sean cómplices de los que están asesinando a estos jóvenes!

El oficial lo observó, inexpresivo. Hizo un gesto de cansancio.

–Mire, pa’i. Nosotros no tenemos nada que ver. Solo cumplimos órdenes. ¿Por qué no entra allí y habla con nuestro comandante? ¡Él es el que está dirigiendo todo...!

–¡Entonces me va a escuchar...! –dijo Óscar, y se dirigió resuelto hacia la entrada.

En la guardia, dos uniformados intentaron cerrarles el paso.

–¡Somos sacerdotes jesuitas...! –les gritó Fernando–. ¡Queremos hablar urgentemente con el comandante de la Policía!

–¡Ah... entonces pasen! –les dijo el oficial–. Justo, en este momento, el comandante está hablando con el obispo de ustedes.

Los dos curas se miraron. El oficial pidió que lo acompañen y los guió a través de un largo corredor hasta un despacho ubicado al fondo. La puerta estaba abierta y desde el interior se escuchaban voces y gritos.

Al entrar vieron al obispo auxiliar de Asunción, monseñor Adalberto Martínez, quien discutía acaloradamente con el comandante de la Policía Nacional, comisario Niño Trinidad Ruiz Díaz. Estaban también el sacerdote jesuita Alberto Luna y el pastor evangélico Emilio Abreu.

–¡No espere más, comandante...! ¡Por favor...! –rogaba el obispo–. ¡Envíe ahora mismo una dotación de policías para detener a esos francotiradores que están disparando contra los jóvenes de la plaza, antes de que maten a más personas...!

–Calma, calma, monseñor... –respondió el comandante, parsimonioso–. Estamos tratando de hacer lo posible. ¡Tampoco puedo poner en peligro la vida de mis hombres!

–¿Entonces va a dejar que sigan matando...? –intervino Fernando.

–¡Esos tipos están disparando desde edificios de altura! –exclamó el comandante–. Sería como mandar a nuestra gente a un matadero. Mejor vamos a esperar el apoyo de algún equipo especializado en este tipo de operativos. ¡Tengan paciencia, señores!

Fernando no podía creer lo que estaba escuchando. De nuevo estaba viendo las escenas de los chicos cayendo ante sus ojos, de nuevo escuchaba los alaridos de dolor. Salió al corredor, nervioso.

El oficial que los había guiado a la entrada se le acercó, sigiloso.

–Padre, discúlpeme... quiero decirle algo...

–¿Sí...?

–¿Sabe usted quien se encuentra allí, en la oficina al lado de la comandancia?

–¿Quién...? –preguntó Fernando, intrigado.

–El ministro del Interior, Carlos Cubas. El hermano del presidente de la República.¿Por qué no hablan directamente con él?

–¿De verdad? ¡Es una excelente idea! ¡Gracias...!

–No diga que yo le dije, padre –pidió el oficial.

Fernando volvió a entrar al despacho, se dirigió junto a monseñor Martínez y le habló al oído. El obispo lo escuchó con atención y luego asintió con la cabeza. El comandante de la Policíaestaba conversando con alguien por teléfono, ajeno a lo que sucedía, cuando se alarmó al ver que el obispo cruzaba el despacho con actitud resuelta y abría la puerta lateral.

–¡Espere...! ¿A dónde va, monseñor? –gritó, con el tubo en la mano, pero ya era tarde.

En la oficina de al lado, sentado frente a un escritorio, el capitán Carlos Cubas estaba hablando con otro hombre, cuando vio que la puerta se abría.

–Buenas noches, señor ministro. Disculpe la interrupción. Soy el obispo auxiliar de Asunción, monseñor Adalberto Martínez, y quisiera hablar con usted sobre los graves hechos de la plaza.

El capitán Cubas se levantó con una ancha sonrisa.

–¡Bienvenido, monseñor...! Es la providencia quien lo envía. ¡Tenemos que encontrar juntos una salida a la crisis...!

–Entonces... ¿por qué no empieza y manda detener a los francotiradores? –le pidió el obispo, mientras le estrechaba la mano.

–¡Hace rato que le he dado la orden al jefe de Policía para que lo haga...!

–Él dice que no está en condiciones de hacerlo.

–¡No puede ser...! ¡Ese hombre no está respondiendo...! –exclamó, furioso, el ministro–. ¿Dónde está...?

Atravesó la sala y entró en el despacho contiguo, en donde el comandante de la Policía seguía hablando por teléfono.

–¡Si, mi general...! ¡Como usted ordene, mi general...! –decía.

El ministro le arrebató el tubo del teléfono de las manos y colgó con fuerza.

–¿Qué pasa...? –se molestó el comandante.

–Pasa que usted no está obedeciendo mis órdenes –le increpó el ministro–. Al parecer está recibiendo órdenes paralelas. ¿Quién era el general con el que estaba hablando?

Como toda respuesta, el comandante se limitó a esbozar una sonrisa nerviosa.

El oficial de guardia entró a la oficina.

–Permiso, señor ministro... El señor Aníbal Cabrera Verón, fiscal general del Estado, y el señor juez Gustavo Ocampos se encuentran aquí y solicitan verlo.

–¡Adelante...!

El oficial cedió el paso a dos hombres vestidos con traje, acompañados de una joven mujer que portaba una gruesa carpeta.

–¡Buenas noches, señor ministro...! –le saludó el fiscal general–. Aquí le estamos trayendo personalmente una orden judicial para allanar inmediatamente el local del Correo Central y el edificio Zodiac, desde donde están disparando los francotiradores, y para que se proceda a detener a todas las personas que resulten involucradas.

El ministro recibió el papel, le dio un rápido vistazo y lo extendió frente a la cara del comandante policial.

–¡Muy bien, señor comandante! ¡Aquí tiene la orden judicial...! ¡Espero que le resulte suficiente! ¡Hágala cumplir en seguida...!

El comandante recogió el papel, esbozó otra sonrisa nerviosa y salió del despacho.

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“El país en una plaza – La novela del Marzo Paraguayo”. Editorial Servilibro, 2014.

 

Del viejo escarabajo verde a la narco camioneta: la caída de Arnaldo Giuzzio

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¿Quién no recuerda a aquel dinámico fiscal anticorrupción, que se movilizaba en un humilde auto Volkswagen Escarabajo, marcando el contraste con muchos de sus colegas que andaban en lujosas camionetas todoterreno, cuyo alto costo sería imposible de pagar con sus salarios de funcionarios públicos?

Desde sus inicios como agente fiscal en San Pedro, esquivando los primeros tiros de lo que sería el grupo armado EPP en Sanguina Cué, allá por el 2003, a convertirse en la pesadilla de muchos políticos corruptos y capos del narcotráfico, Arnaldo Giuzzio entendió pronto el valor mediático de los símbolos y evitó desprenderse de su viejo escarabajo modelo 1974, por más que ya tuviera que utilizar los lujosos vehículos climatizados estatales en sus misiones oficiales.

A pesar de provenir de las mismas filas del Partido Colorado más conservador, con una mentalidad que inicialmente respondía al mismo sistema fiscal judicial vigente, Giuzzio supo convertirse sin embargo en un adalid de la lucha contra la corrupción, logrando empatía con un amplio sector de la sociedad y encontrar apoyo en instituciones y organizaciones claves que promovían algún tipo de cambio en el anquilosado sistema político paraguayo, entre ellos los principales medios de comunicación y la propia embajada norteamericana.

En su aplaudida carrera como fiscal abrió investigaciones contra varios jerarcas hasta entonces intocables, como los González Daher, al igual que contra poderosos capos del narcotráfico y el contrabando. Aunque se le cuestionaba que casi nunca concluía sus casos de gran impacto mediático, nada parecía empañar su imagen de justiciero insobornable, que seguía desplazándose en el viejo escarabajo verde sin aire acondicionado.

GIUZZIO, EL POLÍTICO

Era evidente que la política acabaría por tentarlo. Tras renunciar a la Fiscalía, Giuzzio también rompió con su viejo partido colorado y se presentó como candidato a senador por el Partido Democrático Progresista (PDP), de Rafael Filizzola y Desirée Massi, en el 2013. Conocedor de la fuerza de los símbolos, hizo campaña recorriendo pueblos y ciudades en su viejo escarabajo, esta vez pintado de verde. Y como era de esperarse, resultó electo.

En el Congreso, siguió siendo un dolor de cabeza para muchos de sus propios colegas. En 2014, tras el asesinato del periodista Pablo Medina, el senador Giuzzio, con respaldo del entonces ministro de la Senad, Luis Rojas, presentó en el propio recinto del Congreso un extenso informe sobre los grandes personajes de la narcopolítica, implicando a varios legisladores de la época (algunos siguen por allí), como Freddy D’ecclesiis, Marcial Lezcano, Carlos “Chicharo” Sánchez, Cirila Concepción Cubas de Villaalta, Bernardo Villalba y Magdaleno Silva, entre otros, generando un escándalo sin precedentes.

Nunca nadie se había atrevido a tanto.

Aunque fue duramente criticado por un amplio sector de organizaciones civiles por su proyecto de ley retención de datos de tráfico en internet, más conocido como “ley pyrawebs”, finalmente rechazado en 2015, Giuzzio siguió siendo un ídolo en la lucha contra la corrupción. Con la llegada al gobierno de Mario Abdo Benítez, asumió primero como ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), dirigiendo varios operativos de gran impacto, como el que se dio contra el capo Cucho Cabañas, que arrastró consigo al senador colorado Ulises Quintana, de las mismas filas del abdismo.

En 2021 fue nombrado ministro del Interior, desde donde inició una especie de guerra personal (aunque con evidente luz verde del presidente Abdo Benítez), contra el poderoso y controvertido empresario y político Horacio Cartes, expresidente de la República (2013-2018), en una evidente maniobra por frenar su regreso al poder en las elecciones de 2023, a través de candidatos de su entorno, como a tratar de restar su gran influencia en administraciones del Estado, principalmente en el Congreso, en el Ministerio Público y en instancias judiciales.

Desde el cartismo se inició una fuerte campaña política y mediática, especialmente a través de los diversos medios periodísticos del Grupo Cartes, atacando a Giuzzio y reclamando su destitución, con diversas acusaciones de mal desempeño y supuesto enriquecimiento ilícito, que no hicieron mella en el oficialismo.

El ministro contratacó presentando una denuncia contra Horacio Cartes ante la Seprelad (Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes), acusándolo de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y declaración falsa. Lo llamativo es que la denuncia no se presentó ante la Fiscalía, sino ante la Seprelad, con un claro mensaje de que Cartes maneja a la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez.

El contrataque no se hizo esperar. El sector político del expresidente puso en marcha un proyecto de juicio político a Giuzzio, que nuevamente fue frenado cuando este acudió a acusar a Cartes ante la Comisión Permanente del Congreso. Por primera vez en la historia reciente, pudimos ver a un ministro del Interior exponiendo ante el Congreso Nacional los presuntos nexos de un expresidente de la República con la estructura del crimen organizado, involucrándolo principalmente en una extensa red de contrabando de cigarrillos y lavado de dinero, todo transmitido en vivo por la televisión. Aunque Cartes seguramente ya está acostumbrado a este tipo de ataques, no disimuló su molestia, cuando en un acto político en Guairá, el 12 de febrero, se refirió a Giuzzio despectivamente como “ministro kavara” (“ministro cabra”, en alusión a su barba estilo chivo).

GIUZZIO, ABATIDO

La pelea dio un vuelco de 180 grados en la mañana de este martes 22 de febrero, cuando nos desayunamos con un reportaje en portada del diario La Nación (principal medio periodístico de los varios que pertenecen al Grupo  Cartes), firmado por el colega Jorge Torres Romero, en el que se revela que Arnaldo Giuzio se había ido de vacaciones al Brasil con su familia, a finales de diciembre, utilizando una lujosa camioneta blindada, que le fue prestada por Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, el presunto capo narco brasileño detenido hace un par de día en Brasil, tras una infructuosa búsqueda como parte de la Operación Turf, un operativo fiscal policial antinarcóticos con colaboración brasileña en el Alto Paraná. El reportaje presentó fotos de Giuzzio en compañía del presunto narco, con imágenes de la camioneta utilizada y otros documentos.

Nadie resiste a una contundente revelación de este tipo. Se podrá alegar que los datos pudieron haber sido obtenidos en una evidente operación de inteligencia desde el cartismo, como parte de la guerra política preelectoral entre los dos bandos principales del partido colorado, en donde Giuzzio evidentemente operaba para el sector del oficialismo, con cierto respaldo internacional, pero ello no le quita el valor que tiene como primicia periodística con un gran efecto de bomba mediática.

Giuzzio intentó minimizar los efectos, alegando que Marcus Vinicius era desconocido hasta hace pocos días como objeto de investigación fiscal hasta entonces y que solo había alquilado la camioneta blindada de la empresa Ombu SA, porque su vehículo se averió cuando viajaban al Brasil, pero no pudo mostrar ningún documento que certifique el alquiler. Por el contrario, Gilberto Enciso, gerente de Ombu SA, propiedad de Marcus Vinicius Espindola Marques de Padua, aseguró que la camioneta utilizada por el entonces ministro del Interior, le fue prestada durante varios días por el empresario presunto narco, como un claro favor de privilegio, porque estaba interesado en proveer servicios al Ministerio. Además, agentes de la Fiscalía al frente del operativo afirmaron que desde hace más de un año estaban en conocimiento de que Marcus Vinicius era buscado como presunto narco por la justicia brasileña, y que, por tanto, ni Giuzio, ni la ministra de la Senad, Zully Rolón, podían desconocer tal situación, ya que estaban al tanto de los operativos.

En muy pocas horas, Arnaldo Giuzzio pasó de héroe a villano. Aunque algunos intentaron defenderlo en las redes sociales, alegando que el cartismo le había puesto “una cáscara de banana”, el escándalo fue mayúsculo y muchos más lo condenaron con honda desilusión. El Palacio de López no aguantó el impacto y para la media mañana el jefe de gabinete anunció a la prensa que el presidente Abdo Benítez había decidido “cambiar” a Giuzzio por Federico González.

El acto fue considerado como una victoria del cartismo, que empezó a tener varios efectos políticos, entre ellos el de debilitar las chances de que la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, sea sometida a un juicio político en el Congreso.

LA MUJER DEL CÉSAR

¿Qué pasó realmente con Arnaldo Giuzzio, para tirar por la borda toda una aplaudida trayectoria? ¿Sucumbió finalmente a las tentaciones del poder narco o fue tan ingenuo, a pesar de toda su larga experiencia contra la mafia, como para dejarse seducir por una costosa narco-camioneta blindada, en una expedición a las playas brasileñas?

Giuzzio se olvidó de la histórica frase que tiene su origen en el año 62 antes de Cristo, cuando el pretor romano (luego dictador) Julio César se divorció de su esposa Pompeya, ante las diversas versiones que manchaban su honor, acusándola de haber participado en una fiesta con otro hombre que no era su marido, acuñando una sentencia que resulta clave en el ámbito político de todas las épocas: “La mujer del César no solo debe ser (honesta o casta), sino también parecerlo”. Es decir, lo que importa en la política no es lo que realmente es, sino lo que se percibe como imagen pública.

La guerra colorada entre Marito y Horacio ha tenido un nuevo desenlace, esta vez cara para el oficialismo, con un escándalo que ha tapado los logros del llamado Operativo A Ultranza, que se desencadenó justamente este martes 22, presentado como “la mayor operación contra el crimen organizado y el lavado de dinero”, a cargo de la Senad, con la colaboración de la DEA de Estados Unidos, la Europol, la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas de Uruguay y el Ministerio Público, con más de 100 allanamientos, con el objetivo de detener a 43 personas, de las cuales ya fueron arrestadas siete, y con unos USD 100 millones en bienes incautados.

Tenía que ser el tema del día, pero el escándalo de la caída de Giuzzio le robó protagonismo.

¿Qué pasará ahora…?

¿Cómo seguirá la guerra preelectoral colorada, que en el fondo es también una guerra de facciones del crimen organizado, ocultas entre bambalinas, o no tanto?

¿Habrá acaso pronto un armisticio, o una rendición con bandera blanca, con un pacto eventual en forma de abrazo republicano, unidos todos de nuevo tras la lista uno?

¿Nos toca ser solamente espectadores agazapados tras las trincheras, listos para recoger los destrozos o sufrir las consecuencias, o acaso tendremos fuerzas o lucidez para construir un alternativo frente de paz y de unidad democrática?

Mientras tanto, un viejo escarabajo verde va camino al Museo del Olvido…

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# Andrés Colmán Gutiérrez

 

 

El regreso de Horacio Cartes y qué posibilidades hay de impedirlo

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Aunque hace tiempo que el magnate político Horacio Cartes es investigado por presuntas actividades ilícitas, con procesos que hasta ahora no arrojaron resultados concretos, esta es la primera vez que, desde la propia presidencia de la República, un jefe de Estado que es a la vez su correligionario, principal contricante -y, por momentos, dizque aliado- impulsa acciones judiciales, buscando que se produzca alguna acción penal. La intención es principalmente política: se trata de evitar a toda costa que HC vuelva a controlar el Ejecutivo desde las elecciones del 2023, imponiendo a su delfín Santi Peña. ¿Hay posibilidades de detener su arrolladora ofensiva política y económica? Es la pregunta que tratamos de responder en este artículo.

Andrés Colmán Gutiérrez

La posibilidad concreta de que el controvertido millonario Horacio Cartes —quien fuera presidente de la República del Paraguay en el periodo 2013-2018—, regrese otra vez a controlar totalmente el Poder Ejecutivo, a través de su delfín y precandidato presidencial, el ex ministro de Hacienda, Santiago Peña, genera preocupación en un importante sector de la sociedad, por considerar que el poderoso empresario constituye una amenaza para el proceso democrático, por las actitudes de poco respeto a la institucionalidad republicana que demostró durante su gobierno, así como por los presuntos nexos con actividades ilícitas (producción masiva de cigarrillos para el contrabando internacional y lavado de dinero, principalmente), investigados en diversas instancias.

A través de una osada y costosa campaña política y mediática, Cartes busca lograr la victoria del presidenciable de su movimiento Honor Colorado (HC). Para ello, se propone liderar personalmente la mayor fuerza política del país, la Asociación Nacional Republicana, Partido Colorado, postulándose él mismo como candidato a presidente del partido para las elecciones que se harán el 18 de diciembre (donde, además de los candidatos a las elecciones generales, también se elegirán a las autoridades partidarias).

Para intentar impedirlo, su principal contendiente, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, también se propone competir él mismo por la presidencia del partido, para enfrentar a su némesis, decisión que ya ha anunciado, pero que deberá confirmar oficialmente en las próximas semanas. Algunos juristas creen que la posible candidatura de Marito riñe con la Constitución, ya que no se pueden ejercer ambos cargos (presidencia del país y presidencia de la ANR) a la vez. Sin embargo, la mayoría de los observadores sostienen que el único que puede frenar realmente a Cartes en la carrera electoral interna colorada es precisamente el actual jefe de Estado.

En caso de que se confirme la postulación, el round Cartes-Marito será el mayor choque de dos pesos pesados dentro del coloradismo.

El largo historial de Horacio Cartes

Nacido en Asunción, el 5 de julio de 1956, hijo de Ramón Telmo Cartes Lind, un empresario que a inicios de los años 60 trajo al Paraguay la representación de las avionetas Cessna, Horacio Cartes conoció desde niño la pasión por los negocios. Cursó sus estudios primarios y secundarios en los colegios Goethe, Internacional y Cristo Rey, mientras aprendía el oficio de vendedor en la empresa de su padre, Aerocentro SA, y en plena adolescencia ya asumía el gerenciamiento de la importación de repuestos para aviones.

Esta temprana vocación empresarial lo llevó a los Estados Unidos, donde buscó especializarse en motores de aviación, en el Spartan School of Aeronautics, de Tulsa, Oklahoma. Además, realizó una pasantía en la propia fábrica de aviones Cessna, en Wichita, Kansas.

A su regreso, junto a su hermana Sarah, desarrolló una intensa labor de inversiones en varios negocios, que en poco más de dos décadas lo posicionaría como principal directivo y accionista de actualmente más de 70 empresas, que conforman el llamado Grupo Cartes.

Uno de los aspectos mencionados con frecuencia sobre los orígenes de la fortuna de HC es su incursión en los negocios financieros, en los años 80, cuando –entre otras empresas- creó la firma Cambios Amambay, que en 1992 se convirtió en el Banco Amambay (actual BASA). El entonces joven inversor también realizó incursiones en adquisiones de tierras, punto en el que se lo vincula con el controvertido empresario de frontera, Fadh Yamil Georges, actualmente preso en Brasil por narcotráfico y otras actividades criminales.

En una serie de publicaciones realizadas en 2002 por el diario La Nación, en ese momento propiedad del también empresario tabacalero y dirigente deportivo Osvaldo Domínguez Dibb (actualmente el diario es del Grupo Cartes), se expusieron fotocopias de documentos, acusando a HC de haber mantenido negocios con Fadh Yamil, de quien supuestamente adquirió seis estancias y establecimientos agrícolas, totalizando 12.000 hectáreas en Amambay, a cambio de deudas por préstamos realizados para campañas políticas del hermano de Fadh, Gandhi Yamil.

El senador liberal Miguel Abdón “Tito” Saguier recordó que Cartes fue procesado a mediados de los 80, junto con otros empresarios, por presunta evasión de divisas, operación consistente en adquirir divisas preferenciales del Banco Central del Paraguay, al cambio de 240 guaraníes por dólar, destinados a la importación de insumos agrícolas, pero que volvían a ser colocadas en el mercado financiero al cambio oficial de 400 guaraníes por dólar. Fue el famoso caso conocido como “el escándalo de la evasión de divisas” durante la dictadura del general Alfredo Stroessner, que provocó la caída de varios jerarcas del régimen.

“Vinculada a esas operaciones estaba la casa de cambios Humaitá, cuyo socio principal era Horacio Cartes. A él lo procesaron y se fugó de la Justicia, se fue a Punta Porá (Brasil). Estuvo prófugo por más de cuatro años, volvió y luego la justicia lo puso en libertad”, aseguró Saguier, quien sostuvo que uno de los socios del empresario era el hijo del entonces jefe de Policía del stronismo, el general Alcibíades Brítez Borges.

En posteriores investigaciones periodísticas pudimos recabar más datos sobre el lugar en el que se refugió Cartes en Ponta Porá, mientras era requerido por la Justicia paraguaya, y sobre los contactos de negocios que mantuvo no solo con la familia de Fadh Yamil, sino también con el empresario judío Morko Messer, cuyo hijo Darío Messer (de quien dijo que era su “hermano del alma”) luego fue involucrado en el gigantesco operativo de lavado de dinero conocido como Lava Jato en Brasil, siendo involucrado también Horacio Cartes por la Justicia federal brasileña en el llamado Operativo Patrao. Los datos sobre el historial fronterizo de HC se pueden acceder en este enlace.

Cartes tuvo que esperar hasta que el régimen stronista sea derrocado, en febrero de 1989, para someterse a la Justicia. El caso por el que estuvo procesado se denominó “Acumulación de Autos en la Evasión de Divisas”, y los involucrados recibieron condenas en primera y segunda instancia, entre 1987 y 1996, ratificadas por la Corte Suprema de Justicia. Cartes pasó dos meses en prisión y resultó sobreseído en tres instancias, en la última por la Corte Suprema de Justicia, en agosto de 2000.

«Imperio das cinzas», el premiado reportaje investigativo que en Brasil publicó Mauri Konig, por entonces en el diario Gazeta do Povo, de Curitiba. / GENTILEZA

La sombra de los cigarrillos

Otra de las primeras inversiones de Cartes fue en el rubro pecuario, al crear en 1996 la empresa Ganadera Sofía SA, que actualmente es uno de los más modernos establecimientos dedicados a la producción de carne en el país.

Pero su gran salto empresarial se dio en el rubro de la fabricación de cigarrillos, al asociarse en 1994 con el empresario César Cabral, adquiriendo la firma Tabacalera del Este SA (Tabesa), que opera en Hernandarias, Alto Paraná, que finalmente quedó mayoritariamente en poder del Grupo Cartes.

En 1996 nació Tabacos del Paraguay SA, como distribuidora de los productos de Tabesa. En 2002 se creó la Compañía Agrotabacalera del Paraguay SA en Choré, San Pedro, donde se promueve el cultivo de tabaco Virginia entre unas 1.250 familias, a quienes adquiere la producción como materia prima. El 27 de diciembre de 2007 surge la firma Tabacos USA Inc., en los Estados Unidos, que se ocupa de exportar los cigarrillos paraguayos al país del Norte.

Sin embargo, toda la positiva imagen de la gran industria tabacalera se vio empañada por otras versiones, como las investigaciones que llevó adelante el Poder Legislativo brasileño sobre piratería y contrabando.

En el informe final de la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre Piratería (“CPI da Pirataría”), dada a conocer en 2004 por el Congreso en Brasilia, se acusa que “Tabacalera del Este SA es considerada la empresa más profesionalizada del Paraguay y sus productos tienen como destino principal las regiones sur y sudeste del Brasil. Todos los días, incontables cajas de cigarrillo cruzan las fronteras, siendo provenientes, en su mayor parte, del Paraguay, sin pagar impuestos, abasteciendo a un próspero mercado paralelo”.

El informe refiere que «sus propietarios son de la familia paraguaya Cartes, en la que se destacan Horacio y Sarah”. Se puede acceder a la del informe final de la CPI de la Piratería en este enlace.

Igualmente, en junio de 2012, la Justicia paraguaya recibió vía Cancillería una demanda de la empresa tabacalera brasileña Souza Cruz, acusando a Tabacalera del Este de inundar el mercado brasileño con cigarrillos ilegales.  

«La participación de los productos de la empresa Tabesa corresponde al 41,9% del mercado total de contrabando brasileño, y a 7,9% del mercado total de cigarrillos en el Brasil», sostiene el escrito de la demanda internacional, que se remitió al juez penal de Garantías de Hernandarias, Wilfrido Velázquez Ferreira, pero no encontró mayor seguimiento en tribunales locales.

Investigaciones periodísticas sobre el imperio Cartes

En 2009, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) publicó una serie de reportajes realizados por Marina Walker (Estados Unidos), Mabel Rehnfeldt (Paraguay), Marcelo Soares (Brasil) y Daniel Santoro (Argentina), revelando que El Paraguay producía el 10% de todo el cigarrillo contrabandeado en el mundo y que el 60% de ese volumen era fabricado por Tabacalera del Este SA (Tabesa), vinculada a quien luego sería presidente del Paraguay, el empresario Horacio Cartes (2013-2018).

Dichos reportajes los pueden leer aquí y también aquí.

En 2014, otra premiada investigación de Mauri Konig (Gazeta do Povo, Brasil), Elvira Soto (El Tiempo, Colombia) y Ronny Rojas (La Nación, Costa Rica) presentó a Cartes como “el Patrón del Tabaco” y aseguró que el contrabando de cigarrillos desde el Paraguay superaba al de la marihuana y la cocaína entre los negocios ilícitos más rentables, con un activo de 200 mil millones de dólares al año.

Algunos de los reportajes, en idioma portugués, se pueden leer (y también ver videos) aquí. Y el tema Cartes, más concretamente, aquí.

La millonaria incursión en política

Horacio Cartes se afilió al Partido Colorado recién el 23 de setiembre de 2009, año en que también se inscribió en el Registro Cívico Electoral, lo cual significa que nunca antes había votado en las elecciones del país.

El principal impedimento que encontró para su proyecto político es que el estatuto de la ANR, en su artículo 110, establecía que, para ser candidato a presidente y vicepresidente de la República por el Partido Colorado, se requería contar con una antigüedad de 10 años como afiliado. El empresario puso en marcha una amplia campaña para que se convoque a una convención y se modifique el estatuto que impedía su candidatura.

En noviembre de 2010 fundó el Movimiento Honor Colorado, haciendo coincidir las siglas HC con las de su propio nombre y apellido, Horacio Cartes, a las que fue sumando a varios líderes históricos y dirigentes de base del coloradismo.

Para el 15 de enero de 2011 se programó la convención extraordinaria de la ANR, con fuerte oposición de algunos dirigentes del partido, como el ex presidente Nicanor Duarte Frutos, el exvicepresidente Luis Castiglioni y el polémico senador Juan Carlos Galaverna, quien en principio fue el principal impulsor de la candidatura de Cartes, pero luego se distanció y pasó a criticarlo.

La asamblea aprobó por 569 votos contra 218 la modificación del artículo que impedía la candidatura de Cartes, exigiendo apenas un año de militancia previa (en lugar de los 10 años exigidos originalmente). En la convención del 21 de enero se consagró la hegemonía del movimiento de Cartes en la ANR.

Uno de los principales críticos a la incursión de Cartes a la ANR, el ex presidente Nicanor Duarte Frutos, declaró en esa ocasión: “Con Horacio Cartes comienza la era de la obscenidad, de la pornografía política, donde todos los vicios se vuelven explícitos, donde todas las perversidades se revelan sin ninguna vergüenza”.  Sin embargo, pocos meses después, el Movimiento Progresista Colorado, liderado por Duarte Frutos, decidió sumarse a Honor Colorado, al igual que otros grupos disidentes.

La entonces presidenta de la ANR, Lilian Samaniego, en julio de 2012 llegó a reclamar públicamente que “el señor Horacio Cartes tiene la responsabilidad, como precandidato del Partido Colorado, de aclarar las dudas que existen sobre su presunta vinculación con el narcotráfico”. Posteriormente hizo las paces con el empresario y pasó a defenderlo y a trabajar por su candidatura. 

El 9 de diciembre de 2012 se realizaron las elecciones internas coloradas, en las que el precandidato Horacio Cartes derrotó a su principal opositor, Javier Zacarías Irún, por más de 200 mil votos, convirtiéndose en el candidato oficial del partido. Tras los comicios, mantuvo reuniones con la mayoría de sus adversarios, logrando sumarlos a su campaña, buscando mantener una constante imagen de unidad interna del coloradismo, para las elecciones generales de abril de 2013, del cual resultó ganador, accediendo a la presidencia de la República.

Narcotráfico, lavado y WikiLeaks 

Entre los temas recurrentes empleados contra Horacio Cartes, se menciona con frecuencia su presunta participación en el tráfico ilegal de drogas, aunque en este caso no se han exhibido documentaciones que puedan sustentar la acusación.

El hecho más patente que siempre se recuerda es la aprehensión de una avioneta con matrícula PT-EUA Seneca II Piper, por parte de la Secretaria Nacional Antidroga (Senad), ocurrida el 29 de febrero de 2ooo, en la estancia Nueva Esperanza, de Horacio Cartes, en la zona de Kurusu Kuatiá, Amambay, con 20.100 kilos de cocaína y 343.850 kilos de marihuana prensada. El empresario aseguró que no tenía nada que ver con la aeronave que aterrizó en su establecimiento.

En octubre de 2011, ya con Cartes en plena campaña política, la organización internacional WikiLeaks dio a conocer un cable diplomático originado en Buenos Aires, en enero de 2010, en el que se informaba sobre la operación “Corazón de Piedra”, de la Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas (DEA) y la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), de Estados Unidos, que investigaba a una organización de tráfico de drogas y lavado de dinero que opera en Argentina, Brasil y Paraguay.

«Empleando un acercamiento estratégico para apuntar a los centros internacionales de control y comando de estas organizaciones criminales basadas en la triple frontera, los agentes se concentraron en las actividades investigativas, en un esfuerzo por llevar a cabo esta investigación de cara a presentar a la DEA UC al designado del CPOT (objeto de observación), Horacio Cartes», sostiene el cable diplomático, divulgado por WikiLeaks.

“Agentes se infiltraron en la empresa de lavado de dinero de Cartes, una organización que se cree lava grandes cantidades de la moneda estadounidense generadas a través de medios ilícitos, incluyendo la venta de narcóticos desde la TBA (Triple Frontera) a los Estados Unidos”, precisa en otro párrafo.

Se puede acceder a los cables divulgado por WikiLeaks en esta publicación. También aquí.

Un intento de reelección devorado por el fuego

Cuando logró cambiar los estatutos del Partido Colorado para imponer su candidatura y llegar a la presidencia de la República en el 2013, todos creían que el poder financiero de Horacio Cartes iba a resultar imparable.

Lo demostró de nuevo en julio de 2015, cuando su ahijado político Pedro Alliana le ganó la presidencia del Partido Colorado a su contrincante, Mario Abdo Benítez. En esa oportunidad, Cartes se jactó públicamente de que había financiado la victoria de su protegido con su propio dinero.

Su plan era quedarse en la presidencia por otros cinco años. Para ello, Cartes planificó un maquiavélico operativo para violar la Constitución, con respaldo del Frente Guasú y el grupo de liberales llanistas, forzando una enmienda para imponer la reelección (la Carta Magna no permite la reelección presidencial “en ningún caso”), pero una fuerte oposición ciudadana, que derivó en la violenta crisis del 31M (31 de marzo de 2017) con la quema del edificio de Congreso y el asesinato de un joven liberal por parte de la policía, lo obligó a renunciar a todo intento de conseguir la reelección.

La siguiente acción fue imponer a un sucesor, eligiendo esta vez como ahijado político al entonces ministro de Hacienda, Santiago Peña, pero su candidato perdió las elecciones internas del coloradismo ante su contrincante, Mario Abdo Benítez. Esta vez, todo el dinero invertido en la campaña no resultó suficiente.

Su última jugada fue presentarse como primer candidato a senador, a pesar de que la Constitución establece que todos los ex presidentes solo pueden ser senadores vitalicios, con voz, pero sin voto y sin dieta. Resultó electo, al igual que el ex presidente Nicanor Duarte Frutos, y a pesar de que la Justicia Electoral y la Corte Suprema los habilitó a ambos, sus pares legisladores no los dejaron jurar, aceptando a otros en su lugar.

La relación de amor-odio entre Cartes y Marito

Desde la llanura (por decirlo así), Cartes mantuvo una relación de amor-odio con su correligionario y a la vez contrincante, el presidente Marito Abdo, que en algunos momentos fue de alianza estratégica oportunista y en otros de abierto enfrentamiento.

El instante de mayor tensión ocurrió en julio de 2019, cuando se reveló que el Gobierno había firmado con el gobierno de Brasil un acta secreta sobre la compra de energía de la represa de Itaipú para la ANDE, que resultaba perjudicial para el Paraguay y beneficiosa para el país vecino. La acusación de “traición a la patria” se volvió generalizada y se planteó iniciar un juicio político al presidente Abdo en el Congreso.

La decisión del movimiento de Horacio Cartes de acompañar el proceso de impeachment, comunicada en la noche del 31 de julio, resultó impactante, ya que con ello se reunían los votos necesarios para destituir al mandatario. “¡Acepto la pelea! ¡Por un Paraguay sin mafias!”, respondió Marito en un recordado tuit. Tras una noche de intensa negociación, el cartismo comunicó a la mañana siguiente que no apoyaría el juicio político, salvando de este modo al presidente. La lectura fue que, desde ese momento, Marito se volvería un títere manejado por Cartes para responder a sus intereses.

En casi cuatro años del gobierno de Abdo Benítez, aparte de influenciar en el presidente de la República y en áreas del Poder Ejecutivo, Cartes fue aumentando el control y el manejo de varios estamentos del Estado Paraguayo, incluyendo tener una mayoría colorada en la Cámara de Diputados, controlar el Jurado de la Magistratura y principalmente la Fiscalía, en donde su titular, la fiscala general del Estado, Sandra Quiñonez, es acusada de responder directamente a sus intereses y de paralizar o encajonar cualquier investigación judicial en su contra. En retribución, el cartismo la salvó reiteradas veces de ser sometida a juicio político en el Congreso y de una posible destitución por mal desempeño en sus funciones.

Aunque los legisladores del cartismo y el abdismo actuaron en alianza en la mayoría de los casos en el Congreso, no faltaron las fricciones constantes, principalmente cuando la Justicia federal brasileña decidió procesar a Cartes por complicidad con el prófugo Darío Messer, acusado de haber montado un gigantesco esquema de lavado de dinero en Brasil, como parte del operativo Lava Jato. Cartes fue acusado de proteger y ocultar a Messer en el Paraguay, de hacer negocios con él y de proveerle ayuda económica, pero con una fuerte ofensiva de sus abogados en el vecino país logró levantar la órdene de detención que pesaba en su contra. Sin embargo, la vinculación de Cartes con el proceso judicial no ha desaparecido y este sería el principal motivo de que el expresidente permanezca sin viajar fuera del país.

Las acusaciones que originalmente fueron presentadas por los fiscales brasileños al juzgado federal de Río de Janeiro, fundamentando el pedido de prisión contra Horacio Cartes y contra otras 19 personas por el Operativo Patrao – Lava Jato, se pueden leer en este expediente en portugués (que incluso se puede bajar en pdf). Llamativamente, el operativo se denomina “Patrao” (patrón, en español) y según los propios investigadores, el patrón al que aluden no es otro que Horacio Cartes.

Paralelamente, el Gobierno asestó varios golpes dirigidos por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y la Unidad Interinstitucional de Prevención y Combate al Contrabando, dirigida por el ex fiscal Emilio Fúster, contra operaciones ilícitas de embarques de cigarrillos de Tabesa en varios puertos clandestinos en la frontera con Brasil, principalmente en Canindeyú, ocasionando fuertes pérdidas económicas al esquema. Lo de “puertos clandestinos” es un decir, ya que todos en la región conocen en donde se encuentran y cómo operan, pero nunca antes eran molestados, lo cual hace suponer que fueron acciones ordenadas por Marito, principalmente para molestar a Cartes y demostrar que, cuando quiere le puede joder la vida, en una evidente pulseada de poder, como en esta incautación ocurrida en mayo de 2022, en la zona del lago de Itaipú.

Mientras tanto, Cartes ordenó una fuerte campaña de desprestigio contra el Gobierno de Marito a través de su monopolio de medios periodísticos (actualmente es propietario de casi una veintena de medios, entre los que están a nombre de su grupo y los que se manejan con testaferros), criticando y atacando principalmente a quienes no se prestaban a sus intereses.

Entre ellos, el más atacado fue el hasta hace poco ministro del Interior, el ex fiscal anticorrupción y ex senador Arnaldo Giuzzio, quien en enero de este año presentó ante la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad) una denuncia contra HC por los supuestos delitos de lavado de dinero, declaración falsa y enriquecimiento ilícito.

Aunque no se admitió expresamente, era evidente que la fuerte movida tenía el visto bueno y el respaldo del presidente Abdo Benítez, embarcado también en truncar el posible retorno electoral de Cartes a la presidencia a través de su delfín Santi Peña. Como una clara señal de que no confiaba en el Ministerio Público, debido a que está controlado por Cartes, Giuzzio llevó el expediente a otra instancia, la Seprelad.

Pocas semanas después, el 22 de febrero, Cartes contratacó con una sonada publicación en el diario La Nación, de su propiedad, en donde se demostró que Giuzzio había viajado de vacaciones al Brasil con su familia, a finales de diciembre, utilizando una lujosa camioneta blindada, que le fue prestada por Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, un presunto capo narco brasileño detenido en Brasil. El reportaje mostró fotos de Giuzzio en compañía del presunto narco, con imágenes de la camioneta utilizada y otros documentos. El escándalo hizo que el ministro del Interior se vea obligado a renunciar a su cargo ese mismo día, lo cual fue interpretado como una victoria de Cartes en su guerra político-mediática con Marito.

Las acusaciones de contrabando de cigarrillos paraguayos a Brasil es el principal signo que persigue a HC. / GENTILEZA.

Los #PatrónPapers, el último dolor de cabeza

Pero la batalla no quedó allí. Ese mismo día, el Gobierno ponía en marcha el Operativo #AultranzaPY, presentado como “la mayor operación contra el crimen organizado y el lavado de dinero”, a cargo de la Senad, con la colaboración de la DEA de Estados Unidos, la Europol, la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas de Uruguay y el Ministerio Público. Durante la primera semana, se realizaron más de 40 allanamientos a propiedades presuntamente utilizadas para la logística de tráfico y lavado de dinero, con el fin de ejecutar un centenar de órdenes de allanamiento e incautación y dar cumplimiento a 43 órdenes de captura. En este proceso se han incautado bienes por valor de más de 100 millones de dólares y se han detenido a 24 personas acusadas de delitos como narcotráfico, asociación para delinquir y lavado de dinero.

Si bien Horacio Cartes no apareció conectado directamente con el operativo #AUltranzaPY, pronto se lo involucró en una guerra más general, cuando el 29 de mayo los medios periodísticos ABC Color, Última Hora, Telefuturo y Monumental, dieron a conocer los datos más resaltantes de un informe oficial que la Seprelad había enviado al Ministerio Público, revelando un complejo y enorme esquema de lavado de dinero que involucra a las empresas del Grupo Cartes.

Aunque los medios periodísticos no dijeron de donde habrían obtenido el documento, que tiene un carácter confidencial, resultaba evidente que provenía de algún círculo del Poder Ejecutivo. Más aun, cuando el propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, había anunciado días antes, durante un discurso pronunciado en un acto político en Coronel Oviedo, que “iban a aparecer muchas cosas” durante la campaña electoral para el 2023.

“Voy a contar una por una y nada de lo que diga va a ser mentira, va a ser con pruebas y con papeles (…). Mi Gobierno hizo lo que tenía que hacer y dejamos que las instituciones hagan su parte. Yo no soy la Justicia, no soy la Fiscalía, yo soy el Poder Ejecutivo. Pero antes de terminar mi Gobierno, si los otros estamentos no actúan, yo voy a contarle al pueblo toda la complicidad de los otros poderes que hoy favorecen al crimen organizado en el Paraguay”, señaló.

Al parecer, tras el envío del informe de la Seprelad a la Fiscalía, al ver que esta no acusaba recibo y se hacía la ñembotavy, en el círculo gubernamental decidieron destapar la olla y filtrar a la prensa unas 43 páginas del informe Cartes, que tiene en total 161 páginas. Allí, en los informes que los medios de prensa bautizaron #PatrónPapers, se describe que la empresa Tabacalera del Este (Tabesa), del Grupo Cartes, comercializa cigarrillos para el contrabando en la frontera con Brasil, Centroamérica, El Caribe y a otros países del mundo. El dinero ingresa a través de casas de cambio de Brasil y Paraguay, por medio de pagos recibidos y remitidos desde el exterior a través de cuentas bancarias que operan con bancos de Estados Unidos, de Brasil y España.

Lo más llamativo, según el informe, es que los principales presuntos compradores de los cigarrillos de Tabesa son las propias empresas del Grupo Cartes y sus principales directivos. Por ejemplo, se señala que María Sarah Cartes Jara, hermana de Horacio y principal accionista del Banco Basa, además de gerente general, socia y representante legal de varias empresas del Grupo Cartes, habría adquirido entre 2017 y 2021 cigarrillos por 4,7 millones de dólares. ¿Será que fuma tanto esta señora?

Además, el informe señala que la Fundación Ramón T. Cartes adquirió cigarrillos por 217.000 dólares; la empresa Cecon SAE por 2,3 millones y Unicanal Sociedad Anónima —medio televisivo del grupo del empresario Javier Bernardes, aunque todos dicen que en realidad es de Cartes— por 266.000 dólares. Del mismo modo, realizaron compras de Tabesa la Compañía Agrotabacalera del Paraguay SA y Agrocitrus de Paraguay, por 201.000 y 166.000 dólares, respectivamente. Y eso no es todo: se registran transferencias a personas investigadas en casos de lavado de dinero y narcotráfico, y a 15 fallecidos entre 2002 y 2011.

Desde el Grupo Cartes, los abogados y voceros sostienen que todo es falso, que Tabesa no vendió cigarrillos, sino que otorgó préstamos a las demás empresas del grupo (lo cual también es muy llamativo e irregular), y que todo es parte de una operación política. Desde la Fiscalía confirmaron que sí recibieron el informe, pero que aun no tuvieron tiempo de revisarlo, y que lo harán oportunamente. Mientras, desde la Seprelad se confirmó que una copia del informe se ha enviado a la Justicia de Estados Unidos, porque hay empresas y personas de ese país que aparecen involucradas, aunque al parecer la principal razón es que se espera más acción del Tío Sam que de la Fiscalía y la Justicia paraguaya.

Lo que puede ocurrir en estos meses

Con todos estos antecedentes, la gran pregunta que recorre actualmente el ámbito político es si Horacio Cartes podrá cumplir su plan de ganar la presidencia del Partido Colorado, y de que su delfín Santi Peña pueda ganar primero las elecciones internas y luego las generales, para convertirse en el próximo presidente de la República.

Nadie pone en dudas que Cartes tiene mucha plata y que invertirá todo lo que sea necesario para allanar todos los obstáculos. Su candidato, Santi Peña, a pesar de demostrar en todo momento ser muy dócil a los intereses de su mentor y de haber pertenecido antes al partido Liberal (algo que sigue siendo imperdonable para muchos colorados), despierta simpatía en un buen sector del electorado por su formación técnica en el manejo de la economía, por su juventud, por su mentalidad moderna y su buena presencia. Pero también queda la duda de si acaso todo el dinero que Cartes pueda invertir en esta campaña resultará suficiente para imponer a su candidato, ante tanta imagen negativa. Está demostrado que no lo fue en las elecciones de diciembre de 2017, cuando Marito le ganó las internas a Santi Peña y se convirtió en el candidato oficial del coloradismo.

También existen muchas incógnitas acerca de lo que sucederá con esta nueva denuncia de la Seprelad ante el Ministerio Público. Puede ser que la presión internacional (especialmente del gobierno de Estados Unidos), sumado a cierta presión interna ciudadana y a los movimientos del ajedrez político local, logren que la hasta ahora inmóvil y complaciente Fiscalía paraguaya decida romper su dependencia del cartismo y acabe procesando al hasta ahora improcesable.

Igualmente, hay muchas interrogantes sobre lo que hará esta vez el tío Sam. Como lo demostró WikiLeaks, hace más de una década, la DEA y la ATF tenían en la mira al Pattern (patrón, en inglés), pero, al parecer, ante su entonces ascendente carrera hacia la presidencia, concluyeron que el corazón no era tan de piedra y decidieron retirar las sospechas secretas, tal como en 1989 lo hicieron con cierto general narcotraficante que derrocó a balazos a su consuegro y nos trajo de regalo la democracia. Pero también puede ser que esta vez se decidan a dar “una ayudita a los amigos” y decidan sacar de la escena política a un personaje actualmente ya incómodo para sus intereses, tal como recientemente hicieron en Honduras con otro expresidente acusado de actividades ilícitas.

En fin, veremos qué pasa muy pronto. Mientras tanto, el propio abogado de Horacio Cartes, Pedro Ovelar, admitió ante los periodistas que el controvertido millonario hace rato no sale fuera del país por consejo de sus propios asesores jurídicos. No es porque tenga miedo de que lo detengan en cualquier aeropuerto, dice, nomás como prevención.

“Yo no le aconsejo (el viaje), porque solamente basta que un fiscal, el Ministerio Público y un juez, acorde a lo que ellos quieren, pueden sacar una orden de aprehensión cuando él esté aterrizando en Miami, no hay garantías en este momento”, declaró el abogado Pedro Ovelar.

Como está visto, patrón prevenido vale por dos.

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(Publicado originalmente en El Otro País)

 

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